//Siete errores del gobierno que ayudan al avance de COVID-19

Siete errores del gobierno que ayudan al avance de COVID-19

El Salvador ya supera los 200 casos confirmados de COVID-19 y siete personas fallecidas, al momento de escribir este editorial. Aunque el gobierno tuvo el acierto de tomar medidas drásticas a tiempo, una cadena de errores posteriores dio al traste con la prevención inicial y -probablemente- contribuye al avance del coronavirus:

1. Mala aplicación de los protocolos sanitarios en los “centros de contención” y en los hospitales a donde fueron llevados los pacientes positivos. Aquí fueron mezcladas personas confirmadas con el virus y personas sanas que después terminaron contagiadas.

2. Desprotección del personal de salud. Muchos médicos, enfermeras y demás trabajadores sanitarios que atendieron a infectados con coronavirus no tenían la debida protección. Por eso han salido contagiados empleados de salud en los hospitales Saldaña, Zacamil, Médico Quirúrgico y otros nosocomios de la red pública y del Seguro Social.

3. Aglomeraciones en locales del CENADE. El anuncio presidencial de entregar un bono de 300 dólares hizo que miles de personas interrumpieran su cuarentena domiciliar y corrieran el riesgo de infectarse, el 30 de marzo. Dos semanas, después aparecieron los primeros casos de contagio local en Soyapango, Santa Tecla, Ciudad Delgado y otros municipios del Gran San Salvador y del interior del país.

4. La falta de información precisa sobre los casos confirmados, especialmente de los lugares donde se registran, impide prevenir mejor en las comunidades. A esto se suma la narrativa alarmista, las noticias falsas y demás vicios que caracterizan a la estrategia de comunicación de Casa Presidencial.

5. La unilateralidad del Ejecutivo y la no coordinación con el resto de instituciones estatales, alcaldías, academia, empresa privada y sociedad civil. Fiel a su estilo personalista, propagandista y excluyente, Nayib Bukele no unió al Estado y a la sociedad en una esfuerzo nacional contra la pandemia, lo cual limita los alcances de la estrategia.

El Presidente, más bien, ha divido al país entre los buenos que están con él y los malos que “apoyan la propagación del virus”. Estos últimos (diputados, magistrados de la Sala Constitucional, medios y periodistas críticos, ciudadanos que denuncian abusos, etc.) son el enemigo interno que debe ser combatido.

6. No pedir apoyo a Cuba y China. Por ínfulas de autosuficiencia o por no enfadar a Donald Trump, Bukele no hace lo que naciones agobiadas por el COVID-19, como Italia y España,  hace rato hicieron: pedir apoyo sanitario a Cuba, así como gestionar información y recursos con China u otros países, como Japón o Corea del Sur, que enfrentaron con éxito la pandemia.

7. Priorizar las medidas de control y represión militar-policial, sobre las acciones sanitarias propiamente. La Administración Bukele parece más interesada en aprovechar la emergencia para ensayar medidas autoritarias cuestionadas desde la perspectiva de derechos humanos y del orden constitucional, que -por ejemplo- en realizar pruebas masivas, proteger a los médicos y enfermeras o desarrollar un tratamiento, como lo hace Costa Rica.

Ojalá que el Presidente Bukele y su gobierno corrijan estos errores, para evitar un mayor impacto del coronavirus. Ése es el propósito de señalarlos en este espacio editorial.

Ojalá que así sea.