El mandatario llamó «feminicidio pasional» lo que la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV) reconoce como «forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado».
Por: Josseline Roca/ Foto: Ministerio de Defensa
Las autoridades del país registraron el pasado lunes 15 de julio solo un asesinato, el de una mujer. «Este lunes, El Salvador solo tuvo un homicidio y no está relacionado con pandillas» dijo el presidente de la República, Nayib Bukele, en el marco de la reunión que sostuvo con el gabinete de Seguridad en horas de la noche.
¿Solo un asesinato? Se preguntan organizaciones feministas. «Se dice solo uno, pero todas las vidas nos importan. «Tampoco debemos pensar que porque no es un hecho perpetrado por una estructura criminal deba ser menos grave o que nos importe menos», sostuvo en declaraciones a la Red Informativa de Arpas, Silvia Juárez, abogada e integrante de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA).
El mandatario siguió: «Fue un feminicidio pasional (definitivamente algo en lo que tenemos que prestar atención)».
Bukele se refería, sin precisar, al asesinato de Keni Larios, a manos de su pareja, Juan Maravilla, en Quezaltepeque, La Libertad.
El mandatario llamó «feminicidio pasional» a lo la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV) reconoce como «forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado».
«Esta calificación de pasional en realidad esconde una táctica de los sistemas de dominación, del sistema patriarcal, de ocultar una culpabilidad. Es una manera de debilitar la fuerza que tienen de decir que hay una responsabilidad, que no es una muerta legítima. Se romantiza», explica la representante de ORMUSA.
Para Juárez la gravedad de la expresión radica en que «se reafirma un mensaje de minimizar el hecho (…) y de que la violencia contra las mujeres ocurre en la casa». Agrega que se instala la idea de que «los hombres deberían matar a las mujeres en casa porque la ley no los va a alcanzar ahí. Eso crea una desprotección».
Los feminicidios están «acentuados» en la violencia generada bajo las relaciones de poder y confianza que enfrentan las mujeres, recuerda la especialista.
Keni no ha sido la única mujer asesinada por razones de género en las últimas semanas en El Salvador. La semana pasada Sofía Nicole Guzmán, una joven de 24 años, fue estrangulada, según las investigaciones iniciales, por su pareja.
Las estadísticas con las que cuenta ORMUSA apuntan que del 1 de enero al 30 de junio de este año se registran 157 muertes violentas de mujeres. El número es menor al del mismo período del año pasado, cuando se dieron 213.
Prevención de violencia feminicida
Los feminicidios se pueden prevenir, sostiene ORMUSA. Afirman que las alarmas no deben encenderse hasta que ocurren las muertes violentas de mujeres.
Por ello, a esta organización le preocupa que el actual Gobierno no indique, hasta ahora, cuál será la estrategia que seguirá para cumplir con las políticas a favor de los derechos de las mujeres.
«Ahorita no tenemos información respecto a la Política de Equidad e Igualdad entre hombres y mujeres en el ramo de justicia», reveló Juárez, quien indica que el instrumento fue considerado un gran avance, al enfocarse en que toda decisión de seguridad pública para el país debe estar «atravesada» por un enfoque diferencial de la violencia que enfrentan los hombres y las mujeres.
Varias organizaciones señalan que el ejecutivo no ha dado conocer a quién designará para la presidencia de la Junta Directiva del Instituto para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), ente rector de las políticas públicas de las mujeres. Por ser una instancia autónoma es la Directiva de ese instituto la que elige a la directora ejecutiva.
«Nos preocupa la parálisis que esto pueda estar representando para dar respuesta; por ejemplo, estas declaraciones y otras medidas, como el nombramiento en el gabinete de personas cuestionadas por transmitir expresiones de odio contra las mujeres, es parte de una inercia que nos parece peligrosa porque si la única institución dedicada exclusivamente a las mujeres no reacciona, quiere decir que las mujeres no cuentan con el Estado», apuntó.
Silvia Jurárez también considera importante que se revise el decreto de creación del ISDEMU para que la designación de la presidencia de su Junta Directiva no recaiga únicamente sobre la figura de las «primeras damas».
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