La Universidad de El Salvador entregó cuatro títulos honoríficos póstumos a familiares de estudiantes víctimas de la masacre del 30 de julio de 1975, como parte de la conmemoración del 44 aniversario de los hechos.
Texto, fotos y video: Josseline Roca/ Foto prinicipal: UES
Reynaldo Enrique Hasbún Jiménez, era un joven de 22 años, estudiante de Ingeniería Química de la Universidad de El Salvador (UES). Su indignación por las políticas implementadas por el Gobierno de turno, el del coronel Armando Molina, y el espíritu de lucha contra la creciente represión durante la década de los 70, lo impulsó a salir a marchar junto a otros estudiantes el 30 de julio de 1975.
Aquel día de julio marcado en la memoria, la marcha de estudiantes de la UES y de secundaria, que compartían el sentimiento de Reynaldo, inició en la sede central; motivada también por el repudio a la violencia ejercida contra estudiantes de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, que el 25 de julio realizaron un desfile bufo.
A la altura de la 25 avenida norte de San Salvador, el escenario era de muerte. Con tanquetas, el Gobierno del coronel Molina había mandado a reprimir la marcha, asesinando y desapareciendo a varias personas de las que participaron, cuentan testigos. Hasta la fecha no hay un número exacto de víctimas, porque en el lugar, incluso, la sangre de personas heridas y fallecidas «fue lavada».
44 años pasaron. A Reynaldo lo siguen buscando sus familiares. Pero hoy recibieron un aliciente, el título por el que el estudiante trabajó. Su hermana, Graciela Hasbún, llegó a la que también fue su casa de estudios para recibir el documento que certifica a Reynaldo como Ingeniero Químico; es un título póstumo y es honorífico, porque a la comunidad universitaria le enorgullece la lucha de Reynaldo.
Como él, otros tres estudiantes fueron honrados con la misma distinción: Sergio Antonio Cabrera, estudiante de Medicina; Napoleón Orlando Calderón, estudiante de ingeniería agronómica y José Domingo Aldana, estudiante de Economía.
Zulma Aldana, hermana del estudiante de Economía, agradeció el reconocimiento, aunque lamentó que, tras años de búsqueda, su madre ya no pudiera estar presente, para presenciarlo.
El rector de la UES, Roger Arias, explicó que una comisión especial creada para investigar las graves violaciones a los derechos humanos dentro del Alma Máter identificó 60 casos. Ante esto, han pedido a la Fiscalía General de la República que investigue los hechos y al Ministerio de la Defensa que entregue los archivos militares, para facilitar la identificación de las víctimas.
Otra de las demandas históricas planteadas por la comunidad universitaria es el incremento al presupuesto. El rector detalló que solicitarán un monto de $400 millones de gestión y uno bajo techo que es de $91 millones, ésta última cifra es el presupuesto actual.
Como cada año, la comunidad universitaria, encabezada por estudiantes, realizará una marcha que culminará en el lugar donde hace 44 años fueron masacrados los estudiantes que, a pesar del contexto, «no se asustaron de animal ni policía, ni de las balas, ni del ladrar de la jauría». Se movilizarán para alzar sus consignas, «30 de julio nunca más», y recordar que «está prohibido olvidar».
Galería:
Una exposición fotográfica se ha instalado en el cineteatro de la UES, para dar a conocer a través de imágenes lo ocurrido el 30 de julio de 1975.
