//«La visión mercantilista» provocó que la COP 25 fuera «un fracaso»

«La visión mercantilista» provocó que la COP 25 fuera «un fracaso»

«O nos revelamos contra estas decisiones que son nefastas para las condiciones ya vulneradas en que vivimos o nos extinguimos», enfatizó Carolina Amaya de la UNES.

Por: @jvioletaroca / Foto: UNES

Organizaciones que integran la Campaña Mesoamericana de Justicia Climática y Centroamérica Vulnerable calificaron como «un fracaso» la Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25), realizada en Madrid, España.

«La visión mercantilista de la vida prevaleció en todas las discusiones», denunció Jacqueline Martínez de la Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (FUNDASAL), quien asistió al encuentro global.

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Martínez dijo a la Red Informativa de Arpas que no hubo ni un solo acuerdo que permita enfrentar los graves impactos del cambio climático. Los debates estuvieron alejados de las responsabilidades e impactos diferenciados, afirmó.

«Un fracaso, porque se continúa viendo al medioambiente como un recurso, como algo del que se puede sacar el mayor provecho económico (…) No se visibilizó a las miles de personas desplazadas por la cambio climático, la vulnerabilidad de los asentamientos, la criminalización de las personas defensoras y pueblos indígenas», aseguró.

Una de las principales expectativas sobre la COP 25 era que se concretara el Acuerdos de París que debe entrar en vigencia en el 2020, para mantener la temperatura por debajo de los 2° C. Además que se proyectara una mayor ambición hacia los objetivos del último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, el cual sugirió una estabilización de la temperatura del planeta de 1.5° C.

«La cumbre empezó mal a partir de la estrategia del gobierno chileno (con la complicidad de la ONU y del gobierno español) de silenciar las voces de la sociedad civil (…), al expulsar el miércoles a 300 activistas, mientras se permitía representación de las principales multinacionales y lobbies del oligopolio de la enregía», expresaron las organizaciones.

Santiago Rodríguez de la Iglesia Luterana señaló que la postura de los gobiernos en la COP 25 fue una «réplica» de la actuación que tienen en los países. «No se escucha, no se toma en cuenta la opinión de la gente. Se hacen consultas y se hacen foros, pero al final se terminan tomando decisiones a favor de las grandes empresas, de las grandes transnacionales y en detrimento de los bienes naturales en los territorios», apuntó.

De hecho, estas organizaciones cuestionaron el rol del gobierno de El Salvador en la Cumbre del Clima. Magdalena Cortéz de la Concertación Regional para la Gestión de Riesgos señaló que el país «ha tenido una postura de bajo perfil respecto a los derechos de los pueblos y de las poblaciones indígenas».

Recordó que en otros eventos internacionales el Ministerio de Medio Ambiente se ha referido a promover monocultivos, lo cual afecta, entre otros, el acceso al agua.

«¿Y dónde estaba El Salvador en esa cumbre que no sentó posición», cuestionó Maydeé Recinos del Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (IMU).

El 11 de diciembre, el Ministerio de Medio Ambiente publicó una fotografía informando sobre la participación del titular de la institución, Fernado López, en la COP 25, con la etiqueta «Gobierno verde». Hasta el momento la institución no ha presentado, en el país, informes sobre lo que planteó en la cumbre y sus resultados.

Impactos en El Salvador por la falta de acuerdos

Para entender mejor los impactos que tiene en El Salvador la falta de acuerdos en la COP 25, Carolina Amaya de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) recordó que con el aumento de la temperatura superior a 1° C se pasó de tener un evento extremo en la década de los 70 a 8 por década.

«Qué va a pasar cuando la temperatura aumente hasta 2.9 grados. En esos escenarios y tal como se plantea si se cumple el Acuerdo de París, que ni eso se está cumpliendo, puede llegar hasta 3° C», explicó Amaya, quien tiene experiencia con cumbres globales sobre el clima.

La ambientalista dijo que «no hay adaptación posible» si se llega a ese nivel de temperatura. «No hay adaptación posible a no ser que les compremos para que puedan bucear los compañeros del Bajo Lempa y de la zona costera, por eso demandamos soluciones que respondan a la urgencia climática», expresó.

Para Amaya la solución está clara: «O nos revelamos contra estas decisiones que son nefastas para las condiciones ya vulneradas en que vivimos o nos extinguimos», enfatizó.