«¿Según qué criterios están resolviendo nuestros jueces? No estamos dando cuenta de que lo que está sucediendo es que no tenemos una consideración de nuestra palabra», señaló Lissania Zelaya, integrante de la Colectiva Amorales, quien fue condenada tras denunciar agresiones sexuales del docente de la UES, Ricardo Mendoza.
Por: Krissia Girón
Más de 30 organizaciones feministas, a nivel nacional e internacional, rechazaron la condena contra la defensora Lissania Zelaya, integrante de la Colectiva Amorales quien fue condenada por calumnia, luego de la demanda interpuesta por Ricardo Mendoza, docente de la UES a quien las Amorales denunciaron públicamente como agresor sexual de varias estudiantes de ese centro de estudios.
Para Lissania, es alarmante que el sistema de justicia no tome en cuenta criterios basados en la legislación que protege a las mujeres, para tomar este tipo de decisiones.
Según las organizaciones, este fallo no es aislado, sino que se suma a otros hechos desde el sistema de justicia que evidencia un «sesgo machista» al momento de resolver estos procesos judiciales, así lo dijo Morena Herrera, de la Colectiva Feminista.
Agregó que «se ha generado un precedente que no estamos dispuestas a permitir».
Las organizaciones feministas aseguraron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, que recientemente visitó el país, ya conoce del proceso judicial en contra de la Colectiva Amorales, por lo que aseguran que continuarán con la denuncia en instancias internacionales, de no lograr un resultado positivo en la apelación a la condena de la defensora de derechos de las mujeres.
Nuevo performance en solidaridad con Las Amorales
Otro performance de #UnVioladorEnTuCamino se realizó la tarde de este sábado en la Plaza Salvador del Mundo, San Salvador, en solidaridad con la Colectiva Amorales.
«El violador eres tú, es Mendoza», agregaron a la letra, en relación al docente de la Universidad de El Salvador que demandó a las Amorales luego de que lo denunciaran por casos de agresiones sexuales.
La viral consigna ha sido retomada por miles de mujeres de diversos países, para denunciar la violencia machista y la complicidad del Estado.