En la fase final del juicio histórico en España por el asesinato de los sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras, ejecutado la madrugada del 16 de noviembre de 1989 en la UCA, Inocente Montano ha reiterado su inocencia y los acusadores lo señalan como «un enemigo de la humanidad». Martín Pallín, abogado particular de los hermanos del padre Ignacio Martín Baró, le dijo al acusado «Ustedes pudieron cortar ocho rosas, pero no detuvieron la primavera».
Por: Krissia Girón/ Aportes de Josseline Roca/ Foto: Transparencia Activa
La última jornada del juicio histórico sobre el caso de los sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras (1989), en la Audiencia Nacional de España, inició con los alegatos de la querella. Manuel Ollé, abogado de la querella, dijo: “Montano y el Alto Mando son criminalmente responsables porque tenían el dominio total del aparato organizado de poder que adoptó estratégicamente el plan y supervisó la ejecución del asesinato de Ellacuría».
Ollé afirmó que en noviembre 1989 en El Salvador hubo una campaña psicológica dirigida por la Radio Cuscatlán, pero además obligaron a los otros medios a transmitirlo en una cadena. Desde ahí se insultó y se calumnió al padre Ellacuría.
«¿Por qué el señor Montano ha estado aquí todos los días del juicio pudiendo seguirlo desde la cárcel? Porque él quiere seguir controlando a los que vienen a declarar», señaló.
Según Manuel Ollé, hoy se está juzgando a «un enemigo de la humanidad, no a un criminal ordinario». «Tras 30 años se va a reconocer a las víctimas y se va a hacer justicia al pueblo salvadoreño», dijo.
«Le voy a decir cuáles eran los fusiles del padre Jon Sobrino», dijo Martín Pallín, abogado particular de los hermanos del padre Ignacio Martín Baró -en respuesta a acusaciones contra Sobrino- y mencionó algunos de los libros sobre teología escritos por él.
«Usted pudo dar una contraorden para que el atentado no se cometiera, pero no lo hizo. Por lo tanto es coautor por omisión», le afirmó el abogado a Montano. Pallín finalizó con la frase: «Ustedes pudieron cortar ocho rosas, pero no detuvieron la primavera».
En sus conclusiones, el abogado defensor, Jorge Agüero, afirmó que no comparte la jurisdicción del caso porque los sacerdotes ya tenían la nacionalidad salvadoreña al momento de ser asesinados y habían renunciado a la española.
Señala que la extradición de Montano a España solo fue por el delito de asesinato terrorista y no por el delito de lesa humanidad. «Montano no ha negado que estuvo en ninguna de las reuniones», afirmó el defensor. Se refirió a los apuntes en el diario del coronel Benavides: «Montano no aparece en este documento», dijo.
El abogado sostuvo que hicieron falta otros documentos desclasificados que «hubiesen cambiado las conclusiones sobre Montano». «Si tuviera la Comisión de la Verdad el conocimiento de que lo que dijo era cierto, hubiera dicho que era una prueba plena y no una sustancial», afirmó.
Montano niega participación en los hechos
Inocente Montano, quien fuera viceministro de Seguridad al momento de la masacre de los jesuitas, Elba y Celina, y el único en el banquillo de los acusados en el juicio histórico sobre el caso en España dio sus últimas palabras antes del veredicto final. Afirmó que el juicio ha tenido «muchos errores técnicos».
«La Tandona no ha desaparecido, todavía está funcionando como promoción de 1966 y todavía nos reunimos en diciembre para celebrar cumpleaños y hechos importantes», dijo Montano.
«Yo quiero decir que soy católico creyente. Pido al señor Jesús que me ilumine y para asegurar que ustedes entiendan que muchas de las versiones que se han dado sobre el conflicto fueron ocasionadas no por un plan o un deseo de asesinar a los padres. Fue un error», declaró.
«Eximo de la responsabilidad al Alto Mando a todos los que mencionaron en la Comisión de la Verdad, porque ese informe lo escribieron en la UCA. Ahí lo redactaron los asesores de la UCA», señaló Montano ante la Audiencia española. Afirmó que «todas las acusaciones son falsas».
Montano declaró que «no hay registros que lo considere un criminal». Además, afirmó que consideraba al padre Ellacuría como ‘un amigo’, «porque le ayudó a sacar a personas que estaban detenidas».
El procesado dijo que «varias veces atendió a Ellacuría a pedir que se le entregaran prisioneros acusados de ser miembros del FMLN» y que fue ahí donde entablaron una amistad. Aseguró que él «nunca señaló al sacerdote como miembro de la guerrilla».
«Nosotros nunca estuvimos en contra de que se terminara la guerra. Al contrario, los que estábamos exponiendo la vida éramos nosotros. Estábamos cansados de las balas, los heridos, los amputados», expresó Inocente Montano.
«Juro ante ustedes y mi dios que no estoy mintiendo. No participé en ninguna reunión donde se dijera que había que matar a los curas. Sí hubo una expresión de que había que, no asesinar, sino controlar a los líderes de la subversión, que estaban en San Salvador», concluyó.
La resolución del caso se dará a conocer posteriormente.