Por: Red Informativa de ARPAS/Foto: Secretaría de Prensa Presidencia
En su discurso de celebración del Bicentenario de la Independencia, el presidente Nayib Bukele negó que su gobierno sea un dictadura y puso como prueba de ello que hasta ahora los cuerpos de seguridad “no han utilizado ni una sola lata de gas lacrimógeno” para reprimir manifestaciones públicas. Sin embargo no descartó hacerlo contra futuras protestas sociales, aunque dijo que espera no tener que hacerlo.
Diversas organizaciones, instituciones y personas consideran que el gobierno de Bukele es autoritario y dictatorial porque controla todo el aparato estatal, ha eliminado la independencia de poderes, está remilitarizando al país, vulnera la libertad de expresión e información, su fiscalía detiene arbitrariamente a críticos de sus actuaciones, impone políticas monetarias rechazadas por la población y el presidente pretende reelegirse.
En su discurso, Bukele dijo que los manifestantes del pasado 15 de septiembre dañaron propiedad privada y pública, a pesar de estar documentado que las acciones violentas y vandálicas fueron cometidos por personas ajenas a las marchas que se infiltraron para desestabilizar y provocar.
El mandatario también acusó a la comunidad internacional de financiar a una “oposición violenta”, tal como lo hizo en mayo pasado cuando acusó al cuerpo diplomático de sólo escuchar a la oposición. Esto fue cuando la comunidad internacional condenó la destitución ilegal de los magistrados de la Sala de lo Constitucional y del Fiscal General.
