El cardenal Gregorio Rosa Chávez instó al país a “recuperar el espíritu de los Acuerdos de Paz” y la hoja de ruta democratizadora que éstos trazaron. Lo dijo en su homilía de beatificación de los mártires Rutilio Grande, Cosme Spessotto, Manuel Solórzano y Nelson Lemus, realizada el pasado sábado 22 de enero y en la que actuó como representante del Papa Francisco.
En el acto estaban presentes el vicepresidente de república Félix Ulloa y el presidente legislativo Ernesto Castro, principal lugarteniente de Nayib Bukele y quien encabezó la semana pasada la derogación de los decretos de celebración de los Acuerdos de Paz. En el evento no estuvo el presidente Bukele, pues estaba de gira por Turquía gestionando, entre otras cosas, compra de armamento militar.
La exhortación del líder religioso responde claramente al intento del bukelismo de borrar la memoria histórica e instalar un nuevo relato que califica a la guerra civil y a los Acuerdos de Paz como “una farsa”, en su intento de justificar la grave regresión democrática y consolidar su régimen autoritario, populista, militarista, intransparente y dictatorial.
En el mismo sentido de Rosa Chávez, la Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares también propuso la semana pasada, en el marco del 30 aniversario de los Acuerdos de Paz, “relanzar la lucha por la democracia”. Para esto llamó a “cerrar filas -mediante la organización y movilización social- para revertir el autoritarismo creciente del régimen de Bukele y evitar la instalación de una nueva dictadura”.
La Coordinadora urge “revertir el proceso de remilitarización, concentración de poder y anulación la institucionalidad que el régimen de Bukele ha realizado a pasos agigantados en sólo dos años y medio de gestión”, porque los cambios estructurales para un país más digno y justo solo pueden conseguirse en democracia y paz.
Ojalá que la exhortación de Rosa Chávez de “recuperar la ruta democratizadora de los Acuerdos de Paz” y el llamado de organizaciones sociales a “relanzar la lucha por la democracia” sean asumidos por todos los sectores democráticos de la sociedad, ya que sólo con movilización y presión social se puede obligar a Bukele y sus secuaces a abandonar el camino autoritario y dictatorial que ha tomado su gobierno.
Ojalá que así sea.