Mientras las obreras recurren a la huelga de hambre en busca de respuestas, el ministro de Trabajo se mantiene entregando víveres a poblaciones de San Salvador -donde sostiene una disputa con el actual alcalde- y en silencio sobre el caso Florenzi.
Por: Josseline Roca (@JVioletaRoca)/ Foto: Coordinadora Sindical Salvadoreña
Las despidieron en junio de 2020, en medio de una crisis sanitaria. Las obreras de Industrias Florenzi, fábrica ubicada en Soyapango, no han parado desde entonces de denunciar vulneración a sus derechos laborales ante instancias del Estado que no les han dado respuesta. Tras siete meses, este viernes iniciaron una huelga de hambre.
Las imágenes de las trabajadoras acostadas en unas colchonetas trascendieron este 8 de enero. Personal de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) acudió a la fábrica, que las obreras no han abandonado, para verificar su situación.
“Siete meses en los que hemos estado en total abandono. Siete meses en que no hemos tenido respuesta de parte de las autoridades. Lamentamos que el ministro (Rolando Castro) no se ha pronunciado, en el momento de la pandemia que quedamos despedidas, y hasta el día de hoy no hemos recibido salario, nada que nos pueda respaldar”, denunció Nery Ramírez, una de las principales voceras de las trabajadoras en resistencia.
Las declaraciones de Ramírez, que ha entrado en huelga de hambre, se dieron este jueves en una conferencia en compañía de la PDDH.
Esa institución requirió en tres ocasiones (abril, mayo y julio de 2020) al ministro de Trabajo, Rolando Castro, que realizara diligencias en respuesta a las denuncias de las obreras sobre impago de salarios y retención de cuotas del Seguro Social y AFP. No hubo respuestas.
En un nuevo expediente que abrió la institución de derechos humanos por la falta de atención médica de una de las trabajadoras, y tras una nueva comunicación enviada a Trabajo, la respuesta fue que realizaron dos inspecciones, encontraron las puertas cerradas y archivaron el caso, sostiene PDDH. “El Estado no se puede quedar callado”, reclamó el procurador Apolonio Tobar.
En total, las personas despedidas de la maquila de Sergio Pineda son 210, 113 se mantienen reclamando sus derechos, de las cuales 108 son mujeres y cinco hombres. La mayoría oscilan entre los 50 y 60 años de edad y muchas padecen enfermedades crónicas, según Nery Ramírez.
Mientras las obreras recurren a la huelga de hambre en busca de respuestas, el ministro de Trabajo se mantiene entregando víveres a poblaciones de San Salvador -donde sostiene una disputa con el actual alcalde- y en silencio sobre el caso Florenzi.
La Fiscalía General de la República también ha recibido recomendaciones de la PDDH para investigar las ilegalidades que se constaten en este caso.