Las “Fake news”, o noticias falsas, son cada vez más utilizadas y propagandas por quienes aspiran a un cargo de elección popular. Sucedió en Brasil, con Jair Bolsonaro, y en Estados Unidos con Donald Trump, como lo señala Juan Pablo Miranda en un artículo del periódico “el DesCONCIERTO.cl.
Por: Josseline Roca
La noticia es lo que se narra sobre un hecho novedoso que ocurre en la comunidad, el país o el mundo y que puede ser de interés para la mayoría de población.
Uno de los pilares fundamentales de ésta es la “veracidad”; es decir, que el hecho o situación de la que se habla sea comprobable. Esto es enfatizado a quienes se forman en periodismo, ya sea de manera formal o no, y que posteriormente se dedican al trabajo de informar.
Pero en la actualidad, en la era de las plataformas tecnológicas y las redes virtuales, conocidas como “sociales”, existe una crisis que, cada vez más, pone en entredicho este principio y por ende al periodismo y a la democracia: la propagación de noticias falsas o “fake news”. Si bien no es una práctica nueva, incrementa con la «viralización» de contenido sin comprobar en plataformas web.
El periodista y escritor Óscar Díaz Arnáu explica en un artículo de “Página 7” de México, que la crisis consiste en el cambio de “ecosistema informativo”, que obliga a “repensar” el periodismo.
Pero afirma que esta crisis tiene otras variables: “es alimentada por factores políticos y económicos relacionados con la ética y la credibilidad, en cuyo deterioro están interesados algunos gobiernos”.
Arnáu dice que este fenómeno empuja al periodista profesional a fortalecer las técnicas de verificación de lo que va a publicar. Y es ahí donde se establece la principal diferencia entre el o la ciudadana que hace uso de las redes para difundir información y el o la periodista que se ha formado.
Las “Fake news” son cada vez más utilizadas por quienes aspiran a un cargo de elección popular. Sucedió en Brasil, con Jair Bolsonaro, o en Estados Unidos con Donald Trump, como lo señala Juan Pablo Miranda en un artículo del periódico “El DesCONCIERTO.cl”.
En el caso de El Salvador en la pasada campaña electoral, la revista digital Factum constató esta práctica en una publicación que analiza al menos 10 notas en las que prevaleció la tergiversación de declaraciones, notas anónimas, divulgación de rumores e impresiciones, en sitios como «Primero Noticias», «La Britany» , «Lea Entre Líneas», entre otros.
¿Cómo saber que la información es confiable?
Lo primero es que ésta sea dada a conocer por un o una periodista profesional y difundida por medios con credibilidad comprobada, aconseja Arnáu. En segundo lugar, que lo publicado tenga como fuente de información a los actores principales, que pudieron haber confirmado o negado el hecho.