En reunión con un diplomático israelí, realizada la semana pasada en la Asamblea Legislativa, la diputada arenera Milena Mayorga se comprometió con el traslado de la embajada salvadoreña de Tel Aviv a Jerusalem.
Lo primero a decirle a esta diputada de derecha es: “Zapatera a tu zapato”, pues las definiciones en materias de política exterior las determina el Ejecutivo, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores; no la Asamblea, ni los partidos políticos. La diputada Mayorga mejor debería preocuparse por cumplir su función de legislar para resolver los problemas nacionales.
Es decir, la diputada de ARENA debería preocuparse por la aprobación la ley de agua, la despenalización del aborto, el aval de medidas para combatir la evasión y elusión tributaria, la aprobación de fondos para la prevención de la violencia y otras necesidades del país.
Pero eso es “pedirle peras al olmo”. Milena Mayorga es una diputada joven pero retrógrada, que demuestra su ignorancia y representa la visión de derecha más recalcitrante y anquilosada. A esta camada pertenece también Ricardo Velázquez Parker, el diputado arenero tristemente célebre por portar armas de fuego en el interior del recinto legislativo.
En mayo del año pasado Milena Mayorga llamó “héroe nacional” al sanguinario coronel Domingo Monterrosa, responsable de la masacre de El Mozote, donde fueron cruelmente asesinadas unas mil personas, mayoritariamente mujeres, ancianos y niños, en la considerada peor matanza de civiles en América Latina durante la segunda mitad del Siglo XX.
Consecuente con esa visión asesina, la diputada expresa ahora su simpatía con el Estado terrorista de Israel y pide que la embajada salvadoreña en se pase a Jerusalem , como hizo Estados Unidos tras la llegada de Donald Trump.
El Salvador trasladó su embajada a Tel Aviv durante el gobierno de Saca (o sea que ni siquiera fue decisión de los gobiernos de izquierda). Y esto fue con el propósito de contribuir a la distensión de la confrontación palestina-israelí; y ahí debe continuar, le guste o no a la diputada de ARENA.
Ojalá que algún día exista en nuestro marco legal-institucional la posibilidad de revocatoria de mandato, para que funcionarios/as trogloditas como la diputada Mayorga puedan ser suspendidos de sus cargos y que regresen al lugar oscuro de donde salieron.
