Diputados de ARENA pidieron esta semana crear una comisión especial de la Asamblea Legislativa para investigar presuntas irregularidades en la construcción de la represa El Chaparral.
Según los legisladores del partido oligárquico, se debe investigar el destino de 40 millones de dólares de fondos públicos utilizados en ese fallido proyecto energético iniciado por gobierno del ex presidente Antonio Saca, el último de ARENA.
ARENA pretende repetir el ejemplo de la comisión especial que investigó las donaciones del gobierno de Taiwán que terminaron en las arcas areneras tras una operación de lavado de dinero realizada por el ex presidente Francisco Flores, a través del Centro de Estudios Políticos “Antonio Rodríguez Porth”.
El objetivo de la derecha oligárquica es enjuiciar el ex presidente Mauricio Funes, con la consigna de que a Funes hay que hacerle lo mismo que se hizo con Flores. Éste es el objetivo de ARENA, lo confesó en agosto de 2016 el entonces presidente del COENA Jorge Velado: “Funes debe terminar en la misma celda donde estuvo Francisco Flores», dijo.
Además de la venganza política, ARENA tiene un propósito electorero: mostrarse interesado en combatir la corrupción. Golpeada por la popular campaña “ARENA devuelva lo robado”, la derecha oligárquica trata de presentarse como paladina de la transparencia y la anticorrupción.
Pero eso nadie lo puede creer. ¿Cómo sería creíble que ARENA quiere combatir la corrupción, si no pide perdón por todos los robos, malversaciones y fraudes que cometió; no entrega a sus corruptos a la justicia y no devuelve el dinero público robado?
Los diputados, dirigentes y el candidato presidencial arenero son “burros hablando de orejas”. A inicios de la campaña, Carlos Calleja presentó a la Asamblea una paquete de propuestas de ley y de reformas de las que nunca más se habló, porque se trataba sólo de un burdo acto de campaña electoral.
Más recientemente, ARENA logró elegir como Fiscal General a un militante suyo: el señor Raúl Melara, quien fue financista arenero y asesor del candidato Calleja. Así asegurará que los delitos de corrupción de sus gobiernos no serán investigados.
Todas estas maniobras areneras orientadas a preservar la impunidad de la corrupción advierten que si ganara las elecciones el partido oligárquico reinstauraría el esquema de intransparencia, eliminaría la rendición de cuentas y gobernaría en total opacidad y de espaldas a la población.
Esto, el electorado debe tenerlo muy claro.