Por Decreto Legislativo, cada 31 de octubre se conmemora en nuestro país el día del y la sindicalista. Esta fecha también recuerda el atentado en la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS) que dejó como resultado la muerte de nueve personas, entre ellas la dirigente sindical Febe Elizabeth Velásquez.
Por Red Informativa de Arpas, con aportes de Krissia Girón y Norma Ramírez/Foto: Diario Las Américas
Eran las 12:20 del mediodía del 31 de octubre de 1989. Como todos los días, la cafetería popular que funcionaba en el local de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS), atendía a trabajadoras y trabajadores que almorzaban ahí.
Un fuerte estruendo sorprendió a quienes estaban en el lugar. Según testimonios, una persona desconocida dejó un saco fuera de la cafetería. El informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, determinó que el contenido del saco era dinamita, que provocó una fuerte explosión que causó la muerte de nueve personas, entre ellas la dirigente sindical Febe Elizabeth Velásquez.
El hecho, de inmediato, causó gran conmoción pues FENASTRAS lideraba las denuncias y demandas sindicales en un contexto complejo para el país: la guerra civil. Una de las principales voces de las luchas era la de Febe Elizabeth Velásquez, una mujer reconocida por su carácter combativo y compromiso con las causas sociales.
Pero ¿por qué su lucha era una amenaza para grupos de poder?
Desde muy joven Febe vivió la desigualdad. Proveniente de una familia humilde y en condición de pobreza, empezó a trabajar como costurera para costearse sus estudios universitarios.
Posteriormente trabajó en una maquila textil donde conoció el proceso de sindicalización. Por su compromiso con la causa, fue electa secretaria general del sindicato de la maquila “CIRCA”. En su gestión, se conquistaron derechos laborales y promovió una huelga de hambre con sus compañeras y compañeros para denunciar las violaciones a los derechos laborales que ahí se cometían.
Así, Febe inició su camino en las luchas sindicales y se perfiló como una fuerte figura defensora de derechos laborales, que la convirtió en una grave amenaza para sectores de poder.
Quienes conocieron a Febe, la recuerdan como una mujer solidaria y justa. Su muerte, junto a las de ocho sindicalistas más, no fue investigada de forma debida. La Comisión de la Verdad de la ONU señaló en el informe emitido tras la guerra que “hay prueba sustancia de que las autoridades competentes de El Salvador no llevaron a cabo una investigación completa e imparcial de los atentados contra los locales de COMADRES y FENASTRAS”. Quedando, como muchos otros crímenes de la guerra, en la impunidad.
En su memoria, en noviembre de 1989 el FMLN lanzó una ofensiva político –militar denominada “Febe Elizabeth Velásquez, vive”.
Demandas sindicales hoy…30 años después del atentado de FENASTRAS
Las luchas y demandas sindicales sigue vigentes: salarios y horarios justos, respeto a derechos laborales, pensiones dignas, entre otros. A 30 años del atentado de FENASTRAS las exigencias por la garantía de condiciones laborales permanecen.
En el marco del día del y la sindicalista, establecido por Decreto Legislativo, organizaciones reiteraron sus preocupaciones: restricciones a la libertad sindical, despidos masivos, traslados arbitrarios, sistema privado de pensiones y más.
Y es que los sindicatos del sector público, municipal, privado e independiente ven con preocupación los despidos masivos que se han visto desde la llegada del nuevo gobierno, y que, a juicio de Isabel Carrillo, representante de la Mesa Permanente por la Justicia Laboral, no siguen el debido proceso.
La nacionalización de las pensiones es otra de las deudas pendientes del Estado, consideran las y los sindicalistas, quienes ven con preocupación que el monto de esta prestación no concuerde con el costo de la vida. Mari Carmen Molina, de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Salvadoreños (CSTS) explica las razones.
Además, esta organización propone un aumento al salario mínimo: 31% para el sector servicios, 35% para maquila y 42% en el agro, que sea acorde con los costos de la canasta básica.
Además, ven con preocupación las restricciones a la libertad sindical, por lo que piden al Ministerio de Trabajo respetar este derecho, así como acompañar de forma debida a las y los trabajadores que exigen respeto a los contratos colectivos por parte en sus lugares de trabajo.
En todas estas demandas, siguen resonando las voces que intentaron ser acalladas aquella tarde de 1989, pero que su trabajo permanece en la memoria colectiva y las exigencias actuales de la clase trabajadora
