Los grupos parlamentarios de derecha (ARENA, GANA, PCN y PDC), más Cambio Democrático y el diputado no partidario Leonardo Bonilla, aprobaron el pasado viernes el presupuesto estatal del próximo año, sin mayores modificaciones a la propuesta presentada por el Ejecutivo.
El presupuesto aprobado adolece de las irregularidades y vacíos señalados en editoriales anteriores: millonarios fondos sin destino específico, eliminación de algunos programas sociales, reducción del subsidio al gas, menos presupuesto a Medioambiente y más para publicidad, Defensa y otros rubros no prioritarios desde la perspectiva de país.
Lo anterior representa graves incumplimientos al compromiso presidencial de presentar un presupuestos transparente y acorde a las necesidades nacionales. Pero también se incumplen, al menos, otras tres promesas emblemáticas de la campaña electoral de Nayib Bukele.
La primera era que su gobierno no continuaría endeudando al país, como lo hicieron los de ARENA y del FMLN. “El dinero alcanza cuando nadie roba”, decía Bukele; sin embargo, su presupuesto estaba desfinanciado y necesitó 750 millones de más deuda. El mandatario se excusó diciendo que será para pagar deuda adquirida por sus antecesores; pero deuda es deuda, señor!
La segunda era que sería eliminada la mal llamada “contribución especial para la seguridad”, es decir el impuesto que las telefónicas terminaron trasladando impunemente a los usuarios, durante el gobierno de Sánchez Cerén. Bukele incumplió. Se excusó aclarando que es para pagar bonos a soldados y policías que dan seguridad; pero lo cierto es que el tributo se mantiene.
Y la tercera era que su gobierno combatiría la evasión de impuestos, a diferencia de “los mismos de siempre” que la “permitieron y promovieron”. El incumplimiento aquí es aún mayor, pues -antes de aprobar el presupuesto- la derecha parlamentaria (más CD y el diputado Bonilla) avaló, por iniciativa o con la venia del Ejecutivo, una amnistía fiscal para los morosos con el fisco, entre los que -según diputados del FMLN- estaría el propio Bukele.
Lo anterior confirma una realidad cada vez más evidente: el presidente Bukele tiene prácticas que antes criticaba. Rechazaba el endeudamiento y hoy lo avala, despotricó contra el impuesto a la telefonía y hora lo mantiene, cuestionaba las amnistías fiscales y hoy… ¿Acaso lo que antes era malo, ahora que lo hace él, es bueno?
¿Ése es el cambio que ofreció Presidente Bukele? Por ahora, usted también actúa como “los mismos de siempre”. Ojalá corrija y no traicione las expectativas de la mayoría de la gente que espera algo distinto.