//Pandemia en El Salvador: ¿La excusa perfecta para el autoritarismo?

Pandemia en El Salvador: ¿La excusa perfecta para el autoritarismo?

Violaciones a derechos humanos, poca presencia del gobierno en los territorios, soluciones a la pandemia sobre la base de la militarización y el endurecimiento de sanciones, así como pugnas entre poderes de Estado y rompimiento del orden constitucional. Estas son, además de prácticas autoritarias por parte del actual gobierno, consecuencias de problemas estructurales que arrastra la sociedad salvadoreña y que han tocado fondo con la pandemia del COVID-19, afirman analistas.

Por: Krissia Girón/ Foto: Cuenta de Twitter del Ministro de la Defensa

Además de una emergencia de salud, el COVID-19 trajo consigo una serie de transformaciones sociales, culturales, políticas y económicas en el mundo. Para el politólogo Danilo Miranda, en El Salvador esto se refleja a través de las decisiones que el Gobierno tomó para combatir la pandemia que, si bien es cierto muchas son necesarias, parecen la “excusa perfecta para el autoritarismo”.

“Las medidas, como el distanciamiento social, la cuarentena y otras, son necesarias para evitar que la enfermedad colapse el sistema de salud que, de por sí, es precario por culpa de este gobierno y de todos los anteriores”, expresó Miranda.

El Gobierno, afirma el politólogo, debe distinguir entre las personas que salen a la calle sin justificación y quienes van en busca de alimentos. Esta falta de distinción no puede usarse de pretexto para mayor represión, dijo.

Para Miranda, esta situación también se debe a un patrón cultural cimentado en la época colonial, una premisa plasmada en la frase: “los indios solo entienden a palos”, y  por lo tanto “merecen un castigo humano-divino. Este es un patrón autoritario que viene desde la colonia e incluso se hacia presente luego de los Acuerdos de Paz. Esa idea de quedarse callado, no protestar, no morder la mano que nos da de comer, viene de ahí”, apuntó.

Lo que el politólogo denomina la “cultura del autoritarismo”, también tiene sus raíces en los grandes problemas estructurales que aquejan a la población y que no fueron tratados por ningún gobierno, afirma.

“La desigualdad socioeconómica, por ejemplo, tiene repercusiones en el sistema político, de tal manera que éste sufrió una erosión en sus instituciones y los elementos democráticos se fueron disolviendo, en medio de elementos autoritarios que siempre han estado presentes. No es algo que empezó con la llegada de este gobierno al poder. ARENA y los gobiernos del FMLN utilizaron a la Fuerza Armada en la seguridad y en la política”, afirma.

Misma opinión tiene Nayda Medrano, directora del Centro para la Promoción de los Derechos Humanos Madelein Lagadec. Ella considera que otro factor que contribuye a la cultura del autoritarismo es la falta de formación de la población en la defensa de derechos humanos.

“Culturalmente tenemos a una población que no ha sido educada ni formada para defender derechos y no se trata de encontrar culpables, sino de lo que somos realmente por mil razones. No hemos logrado el empoderamiento para un mejor control de las instituciones y, por otro lado, damos la autorización al uso autoritario del ejercicio del poder”, afirma Medrano.

Para la abogada, en estas crisis se visibiliza una mayor dificultad en la defensa de derechos, ya que saltan a la luz las debilidades de las instituciones y los valores autoritarios en ellas y el resto de la sociedad.

“Es muy difícil ser garante de derechos humanos en un régimen híbrido que tiene 28 años de estructuras carcomidas y quieres ahora que funcione en medio de la emergencia. Esta debe ser una lectura delicada de las organizaciones de derechos humanos. Debemos saber que los resultados no serán los mismos que si hubiéramos hecho la tarea desde 1992”, sentenció.

No obstante, afirma que es fundamental mantener los posicionamientos “porque alguien tiene que decirlo, alguien debe hacerlo y es muy importante la labor de las organizaciones”, dijo.

Para ambos, las condiciones están dadas para una reconfiguración del “status quo”.

Gobernar desde Twitter vs gobernar desde los territorios

Para Danilo Miranda, la presencia del gobierno en los territorios, sobre todo en las comunidades más pobres, se debe hacer sentir con intervenciones que fortalezcan la salud y educación de estas localidades, “más allá de que el mandatario esté físicamente o que los ministros estén paseándose por todos lados”.

Nayda Medrano también recordó que esa ha sido su forma de gobernar, desde el día en que asumió su gestión: poca visibilidad en el territorio pero sí en redes sociales.

“No es un presidente muy visible, que esté poniendo primeras piedras y demás. Pero eso no es nuevo, empezó el primero de junio. Habrá que observar también las decisiones que toman los primeros en su circulo, como el secretario privado, secretario jurídico y la comisionada presidencial”, dijo.

Desde algunos sectores se ha cuestionado sobre la ausencia del presidente Bukele en el territorio y la toma de decisiones a través de redes sociales, sobre todo en medio de la emergencia por COVID-19

Danilo Miranda agrega que, en un país con una brecha digital, se deben buscar otras formas de comunicación con la población más allá del internet, “pero esto no significa bombardearlos de propaganda sino brindar información útil para sus vidas”, afirma.

Según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de 2018, el 21.2% de los hogares salvadoreños tenían acceso a internet. Para junio de 2019, la plataforma Internet World Stats registraba que el 57.4% de la población es usuaria de la web.

“Aquí radica la importancia de las radios comunitarias y el alcance que tiene en las localidades; sin embargo, no hay actualmente una apuesta por ello. En su lugar, el gobierno ataca a los medios, como lo han hecho con ARPAS. Hoy mas que nunca es necesaria la libertad de expresión, de prensa y la transparencia de lo que está haciendo el gobierno”, dijo.

“Muchas cosas que vemos no son exactamente lo que está ocurriendo. Las personas en los territorios traen consigo problemas estructurales a partir del capitalismo atroz, extractivo, parasitario, excluyente, desigual, violento, etc. Lo cual no ha tocado ni este gobierno ni los anteriores”, finalizó.