//Las vacunas son un derecho de todas y todos, señora Callejas

Las vacunas son un derecho de todas y todos, señora Callejas

Existe un creciente movimiento mundial que promueve el acceso universal a las vacunas contra el COVID-19: países que proponen la gratuidad, organizaciones que piden eliminar las patentes y personalidades que exhortan a los países ricos a ayudar a los pobres en el acceso a dicho fármaco. Uno de ellos es el Papa Francisco, quien la semana pasada planteó la urgencia de un “internacionalismo de las vacunas”.

El argumento es que la salud y las medicinas, entre éstas las vacunas, son un derecho de TODAS las personas, sin distinción de raza, sexo, género, religión, nacionalidad, ideología o cualquier otra condición.

Sin embargo, en El Salvador, parece que para algunos personeros del oficialismo esto no debe ser así. Una de éstas es la ex ministra de Cultura y diputada electa por el partido Nuevas Ideas, Suecy Callejas, quien en un mensaje en redes sociales dio a entender que los opositores al gobierno o críticos del presidente Nayib Bukele no merecen ser vacunados.

“Me alegra que hasta Paolo Lüers se vaya a poner la vacuna contra el COVID, que es opcional, 100% gratuita y gestión del presidente Bukele y su gobierno. Así funciona un país, se trabaja para todos, hasta para los que más te odian y escupen tonterías en tu contra”, escribió la ex ministra.

El mensaje de la diputada entrante fue retomado inmediatamente por un ejército de fanáticos del gobierno, quienes secundaron la macabra insinuación y hasta sugirieron que -en lugar de vacunas- los disidentes deberían recibir alguna sustancia mortífera.

“No estaría nada mal que le pusieran un suero intravenoso mortal en vez de desperdiciar una dosis que puede salvar a uno del 97%”, escribió uno de los bukelistas más exaltados.

¿Acaso los opositores o críticos de la gestión gubernamental no son ciudadanos, no tienen derechos o no pagan impuestos? ¿Es que para la señora Callejas y sus seguidores sólo merecen vacunarse los aduladores del presidente? ¿Las políticas públicas de salud sólo deben beneficiar los seguidores o simpatizantes del gobierno?

Callejas y compañía deberían leer las disposiciones constitucionales que mandatan a los funcionarios a trabajar por toda la población, revisar las leyes y tratados internacionales que reconocen el derecho a la atención médica para todas las personas, y expresarse y actuar consecuente con éstas.

Por otro lado, es censurable que el oficialismo utilice su hegemonía comunicacional para difundir ideas y narrativas erróneas que promueven imaginarios autoritarios, excluyentes y antidemocráticos. Los gobernantes -especialmente en un país tan desigual, violento y polarizado como éste- deberían usar las redes digitales y el aparato mediático pagado con fondos públicos para promover la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la inclusión, la equidad, la armonía social, la convivencia pacífica y la unidad nacional.

Están obligados a hacerlo como servidores públicos de todos los salvadoreños y salvadoreñas. Si no lo hacen, hay que exigírselos.