La participación de la ex diputada Lorena Peña en la comisión legislativa que investiga la asignación de fondos públicos a ONGs, además de dejar mal parados a los poco instruidos e inexpertos “diputados cyan”, confirma el carácter de “show político” de las supuestas iniciativas anticorrupción del oficialismo.
La mayoría parlamentaria títere de Casa Presidencial decidió “investigar” la entrega de recursos a entidades sin fines de lucro, para hacer creer a la población que le interesa “combatir la corrupción” y sacudirse las críticas contra la gestión oscura, irregular y sin rendición de cuentas del Ejecutivo.
Este teatro bajero y vulgar (como lo calificó Lorena Peña), montado para linchar mediáticamente a la oposición, tiene como objetivo político restarle impacto al cierre de la Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES). Esta instancia fue la principal promesa electoral de Bukele, pero él mismo la canceló cuando comenzó a investigar la corrupción de su gobierno.
El espectáculo barato de la comisión parlamentaria que indaga sobre fondos entregados a ONGs también es para aplacar las críticas contra la “Ley Alabí”, normativa que impide conocer sobre los fondos públicos usados en la pandemia de COVID-19.
Además, el show de la comisión busca opacar las implicaciones de la “Lista Engel” que incluyó a cuatro funcionarios cercanos a Bukele, dos ex funcionarios, un activista, un aliado político y un financista. Entre los señalados está la jefa de gabinete Carolina Recinos y el secretario jurídico Conan Castro.
Finalmente, las funciones de la comisión parlamentaria buscan pasar desapercibida la “derogación fáctica” de la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP), mediante reformas que plantean reservar información oficiosa y declarar reservada la declaración patrimonial de los funcionarios públicos.
Por eso, la comisión “investigadora” no es ningún esfuerzo genuino de transparentar el uso de fondos públicos y combatir la corrupción, sino que se trata de una película que podría llamarse “La Gran Distracción” que tiene como protagonistas principales a los tristemente célebres “diputados cyan”.
Dios quiera que la población decente, honrada y trabajadora no tarde en darse cuenta de este engaño, para que exija al presidente Bukele y a sus diputados acciones serias contra la corrupción, empezando en casa y predicando con el ejemplo.
Ojalá que así sea.