Está claro que la dictadura en ciernes en El Salvador solo podrá ser revertida por la movilización social. A falta de contrapesos institucionales y de oposición política, es la protesta ciudadana en las calles la única posibilidad de frenar los delirios autoritarios del presidente Nayib Bukele.
Hasta ahora el mandatario ha tenido vía libre para perfilar su sueño dictatorial gracias al control de todo el aparato estatal, el respaldo de las fuerzas armadas, la venia de la mayoría de familias oligárquicas (Dueñas, Kriete, Poma, etc.), muchos medios tradicionales y la mayoría de la población que todavía lo aprueba en las encuestas.
Sin embargo, hay una minoría creciente que rechaza las actuaciones de Bukele, sobre todo la imposición del bitcoin, el desmantelamiento institucional, el excesivo endeudamiento, la falta de transparencia y -últimamente- el impúdico intento de reelección presidencial mediante una espuria resolución de la Sala de lo Constitucional impuesta por el oficialismo el 1o de mayo.
Las diversas movilizaciones del pasado 7 de septiembre contra la Ley del Bitcoin y los ataques oficialistas contra la independencia judicial confirmaron que la población está despertando del engañoso sueño bukelista, está dispuesta a protestar y que la cantidad de manifestantes irá creciendo gradualmente.
Lo anterior se confirma con un hecho contundente: para este 15 de septiembre hay -al menos- una docena de convocatorias de movilizaciones para protestar contra el autoritarismo y la reversión democrática en el marco de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia.
Y esto es una buena noticia para un país que en sus dos siglos como república ha soportado a tantos presidentes autócratas, despóticos, dinásticos y dictadores. Las protestas de esta semana son para decir que 200 años después el pueblo salvadoreño no está dispuesto a aguantar ni a un solo gobernante más de este tipo.
Por tanto, en este espacio editorial animamos a participar a todas organizaciones y movimientos sociales, sectores democráticos y a toda la población decente, honrada y trabajadora que no quiere volver a pasados autoritarios, dictatoriales y represivos. Hay que iniciar con esperanza esta lucha, en el mismísimo día del bicentenario independentista.
Así que todas y todos ¡a calentar las calles este miércoles 15 de septiembre.