Restricciones a la libertad de prensa, discriminación de periodistas y medios, falta de acceso a la información pública y linchamiento digital contra críticos de la gestión gubernamental, han sido la constante en lo que va de la gestión del Presidente Nayib Bukele. Tal situación, incluso, ya es objeto de preocupación de instancias internacionales como la Relatoría de Libertad de Expresión de la CIDH y la oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU.
Por ejemplo, durante el anuncio de la creación de una comisión técnica para la instalación de la tan cacareada Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIES), se impidió el ingreso a periodistas de dos medios digitales (que el gobierno considera hostiles) y sólo se permitieron dos preguntas de medios (condescendientes con el gobierno).
Además de discriminar a periodistas y medios, y no responder a preguntas de la mayoría de medios, el Presidente Bukele se ha negado a hacer públicos convenios firmados con el gobierno de Estados Unidos en materia de seguridad pública y migración. Es más, el gobierno no ha revelado los criterios técnicos y otros detalles del convenio con la Organización de Estados Americanos (OEA) para instalar la CICIES (¡Qué ironía: el convenio para una comisión contra la corrupción será un secreto!)
Esto es un grave retroceso en materia de libertad de prensa y acceso a la información. A esto se suma la negativa de los funcionarios del Ejecutivo de asistir a entrevistas a medios de comunicación alternativos y democráticos, la mayoría va únicamente a Telecorporación Salvadoreña (TCS) y a un par de televisoras más. ¡Ni siquiera van a sus mismos medios estatales!
Pero el problema no termina ahí. La asignación de la pauta publicitaria de Casa Presidencial es altamente discriminatoria: el mayor porcentaje ha sido pautado en los canales de TCS. Parece que hay un contubernio entre Nayib Bukele y “los mismos (medios) de siempre”, tan así que hasta para la cadena de radio y televisión de esta noche los “medios oficiales” serán un canal y una radio de esa empresa mediática, en vez de Canal 10 y Radio Nacional.
Es una lástima que el Presidente Bukele no utilice el enorme respaldo social expresado en las encuestas para profundizar la democracia y enfrentar estructuralmente los problemas del país. En vez de esto, el mandatario exhibe actitudes antidemocráticas y autoritarias que deberían llamar la atención de quienes le apoyan acríticamente.
Ojalá que Bukele rectifique y no defraude las expectativas de cambio que la gente expresó eligiéndolo para dirigir los destinos del país en los próximos cinco años.
Ojalá que así sea.