La Asociación Salvadoreña de Radiodifusores (ASDER) ha detenido la aprobación de la reforma a la Ley de Cultura que propone un porcentaje obligatorio del 10% de música nacional en la programación de las radios musicales. La medida, impulsada por asociaciones de artistas salvadoreños y respaldada por el Ministerio de Cultura, busca -precisamente- promover la musica y la producción cultural del país.
La propuesta había sido avalada en la Comisión de Cultura y Educación, pero no logró ser aprobada en el pleno legislativo, gracias a la “ausencia” o abstención de la mayoría de diputados de de la opositora ARENA y la oficialista GANA.
Así, la gremial de radios y televisoras privadas vuelve a imponerse. Previo a la votación de ayer, sus principales estaciones de radio difundieron repetidas veces un comunicado donde “exhortaban” a los diputados a “no aprobar” la reforma porque ésta vulneraría su “libertad de expresión”, atentaría contra las preferencias musicales de sus audiencias y otros pretextos más.
ASDER exhibe otra vez su mezquindad, falta de compromiso con la cultura nacional y un ausente sentido de país. Presionando de la misma forma impidieron la aprobación de la Ley de Prevención de la Violencia, la Ley de Espectáculos Públicos, Radio y Televisión, entre otras normativas necesarias.
Hace algunos años logró que los tristemente célebres ex magistrados de la Sala Constitucional (Belarmino Jaime, Rodolfo González, Florentín Meléndez y Sidney Blanco), en una resolución sobre la Ley de Telecomunicaciones, le asegurara la prórroga de sus concesiones radioeléctricas y todos los beneficios de la futura televisión digital terrestre.
Esto permitirá a sus principales grupos mediáticos (TCS, Megavisión, SAMIX, Corporación FM, Grupo Radio Stereo y Corporación KL) seguir controlando, en forma ilegítima e intransparente, más del 95% del espectro radioeléctrico.
Lo anterior plantea a la ciudadanía democrática el urgente desafío de presionar por la democratización de este modelo mediático extremadamente concentrado. Hace tres años se aprobó una reforma legal que reconoce a los medios comunitarios y les permite acceder a las frecuencias; pero hasta hoy SIGET no ha otorgado una sola concesión para este tipo de medios, a pesar de varias solicitudes presentadas.
Volviendo a la actitud de ASDER, ojalá dicha gremial -que suele rasgarse las vestiduras por la “libertad de expresión” cuando ve amenazados sus intereses- asuma posturas responsables, sea consecuente con el rol de los medios de comunicación en la sociedad y contribuya a la solución a los problemas de país.
Ojalá que así sea.