Los gobernantes populistas necesitan un “enemigo” al cual atacar o responsabilizarlo por los problemas del país. Este “enemigo” sirve de chivo expiatorio para desviar la atención de los temas o hechos relevantes y hacia él se encausa el descontento, la frustración y la ira popular.
Hasta antes del 1o de mayo, el presidente Nayib Bukele proyectaba como “enemigo” a sus opositores en la Asamblea Legislativa, a los magistrados de la Sala Constitucional y al Fiscal General, todos pertenecientes al bando de “los mismos de siempre”.
Sin embargo, ahora que Bukele controla estas instancias a través de funcionarios afines, surge la pregunta sobre ¿quién o quiénes serán el nuevo “enemigo”? Si ya no tiene sentido atacar a los irrelevantes “mismos de siempre”, ¿qué personas, organizaciones o instituciones serán objetivo de descalificación, difamación y hostigamiento gubernamental?
La semana pasada varias organizaciones sociales cuestionaron la aprobación de la “Ley Alabí” que favorece la impunidad y la corrupción en las compras gubernamentales en la pandemia del COVID-19. En respuesta, Nuevas Ideas y sus aliados crearon una comisión legislativa para investigar la asignación de fondos públicos a Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).
La integración de dicha comisión excluyó a la oposición parlamentaria y tiene como contexto una fuerte campaña contra las ONGs que critican al gobierno, a las que se acusa de ser “fachada” de “los mismos de siempre”.
Probablemente existan “ONGs fachada de los mismos de siempre”. Una de éstas podría ser la Asociación para el Desarrollo Económico y Social de las Municipalidades de El Salvador (APDEMES), dirigida por Julia Nora de Gallegos, que recibió 550 mil dólares del presupuesto estatal, en los años 2015 y 2016, cuando el presidente de la Asamblea era el diputado Guillermo Gallegos.
Gallegos es de “los mismos de siempre” porque viene de ARENA, partido del que fue jefe de fracción legislativa durante el gobierno de Tony Saca. Después fundó GANA y -desde ahí- sirvió a los gobiernos de Mauricio Funes y de Sánchez Cerén, y ahora al de Bukele.
Y la ONG de su esposa podría ser “fachada”, pues una investigación periodística constató que no tiene trabajo real. “La asociación asegura que ha usado el dinero para un programa de prevención de la violencia en siete municipios (de San Salvador), pero las siete municipalidades dicen nunca haber recibido nada de dicho programa”, señaló el semanario digital El Faro, en la nota “Asamblea regala medio millón de dólares a asociación de esposa de Guillermo Gallegos”, publicada el 29 de noviembre de 2016.
Sin embargo, es posible que esta “ONG fachada” de este “mismo de siempre” no sea objeto de la comisión parlamentaria porque Gallegos es un ferviente aliado de Bukele. Probablemente las investigadas serán instancias criticas del gobierno, como lo dejan entre ver “diputados cyan” que apuntaron directo a un grupo de organizaciones y gremiales que pidieron intervención de la OEA por la destitución de los magistrados constitucionalistas y del fiscal general.
La Asamblea tiene facultad de investigar el uso de fondos públicos a ONGs y seguramente hay irregularidades que esclarecer en algunas de ellas; sin embargo, lo actuado por los diputados oficialista no parece responder a una intención genuina de transparentar, sino de proyectar en el imaginario social al nuevo “enemigo”.