El “Caso Saca” no es un caso de corrupción aislado, sino la confirmación de que robar y malversar fondos públicos fue una práctica institucionalizada, la manera de administrar los dineros del pueblo y la cultura política de los gobiernos del oligárquico partido ARENA.
Ciertamente, la forma descarada de robar de Saca hace que su caso sea particularmente escandaloso. Sin embargo, la apropiación de recursos públicos por funcionarios inescrupulosos fue una característica común de las cuatro administraciones areneras presididas por Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol, Francisco Flores y Antonio Saca.
Lo confirma el hecho de que los cuatro gobiernos registran largas listas de delitos de corrupción: Cristiani: la privatización fraudulenta de la banca, robo de cinco millones de dólares de la partida secreta, entren otros casos; Calderón Sol: robo del abono donado por Japón, malversaciones en varios ministerios y entidades autónomas, etc.; Flores: privatización encubierta de La Geo (fraude CEL-Enel), desfalco en ANDA, robos en el ISSS, robo de las donaciones de Taiwán y entre otros graves delitos de corrupción; y Saca: robo de los fondos para construir el Hospital de Maternidad y el ex bulevar Diego de Holguín y el millonario robo de fondos de la partida secreta.
Lo confirma también la práctica obscena de financiar el funcionamiento del partido y las campañas electorales con dineros públicos. Por ejemplo: la campaña del 2009 se financió con los fondos robados por Saca, quien era al mismo tiempo presidente del gobierno y presidente de ARENA: 7.6 millones y después otros 2 millones, según el Juzgado Segundo de Sentencia y la misma Fiscalía; mientras que la del 2004 se pagó con los 10 millones robados de las donaciones de Taiwán, tal como lo estableció una comisión especial de la Asamblea Legislativa, el Juzgado Séptimo de Instrucción y así lo reconocieron también públicamente altos dirigentes areneros como el ex presidente del COENA Jorge Velado y el propio ex presidente de la república Alfredo Cristiani.
No es casualidad que –por ejemplo- el político oligarca Guillermo Sol Bang fuera durante 15 años presidente de la CEL (considerada la “caja chica” del gobierno) y al mismo tiempo tesorero de ARENA. ¿Por qué sería? Las élites empresariales del país son tan miserables que ni siquiera se bolseaban para financiar a su partido, sino que lo hacían con fondos públicos.
Por tanto, los dirigentes areneros y su flamante aspirante presidencial no pueden distanciarse de los millonarios robos de Saca y demás delitos de corrupción de sus gobiernos. El mismo candidato Carlos Calleja, en tanto financista, tiene que ver con la corrupción de ARENA y no puede poner cara de “yo no fui”.
No se puede pedir peras al olmo, pero si ARENA quisiera reivindicarse con el país debería reconocer que es un partido corrupto, entregar a todos sus corruptos ante la Justicia y devolver todo el dinero robado o malversado.
La población indignada por la corrupción debe exigírselo.