El cacareado “debate presidencial”, realizado el domingo recién pasado por la Asociación Salvadoreña de Radiodifusores (ASDER), responde a una estrategia deliberada de la derecha mediática para legitimarse socialmente ante la población y ayudar políticamente al impresentable candidato de ARENA.
Señalados históricamente de impulsar una agenda informativa y de análisis sesgado a favor de los intereses de las élites oligárquicas, los medios hegemónicos se presentan hoy como “espacios de debate plural, abierto y democrático”. Las radios y televisoras de derecha, esta vez se autoproclaman una “esfera pública donde se efectúa en forma genuina y transparente la deliberación democrática”.
El “debate” fue facilitado por una periodista extranjera (dizque para mayor imparcialidad y objetividad), participaron tres de los cuatro candidatos presidenciales y fue trasmitido por las radios y canales televisivos afines al oligárquico partido ARENA. Extrañamente, el show mediático también fue difundido por una radio y una televisora vinculadas al FMLN.
Los medios conservadores, encabezados por Telecorporación Salvadoreña (TCS), siempre han manipulado información y tergiversado la realidad nacional, con el propósito de mantener intacto elstatus quo que favorece a los sectores pudientes y evitar cualquier cambio que afecte sus intereses.
Y ASDER no se ha caracterizado -necesariamente- por defender la libertad de expresión y el derecho de información de la gente; sino que, al contrario, en su historial registra -por ejemplo- el papel de“perseguidor de los medios comunitarios”. En diciembre de 1995 presionó para que el gobierno de Armando Calderón Sol cerrara una veintena de radios alternativas.
Después defendió “a capa y espada” durante veinte años una Ley de Telecomunicaciones excluyente y privativa, que sólo favorecía los grandes medios privado-comerciales; y se opuso visceralmente a la democratización del espectro radioeléctrico, propuesta por los medios comunitarios y organizacionespopulares.
En años más recientes, ASDER apoyó una reforma de ley consensuada con otros actores mediáticos, sólodespués de asegurarse la renovación de sus concesiones y los beneficios del incipiente sistema de televisión digital.
Así que, el show de los medios corporativos, en todo caso, sólo recuerda que está pendiente la democratización de las comunicaciones y confirma la necesidad de construir un modelo mediático más diverso y plural, donde realmente se expresen todas las voces. Ésa es la democracia deliberativa, no espectáculos como el “debate presidencial” organizado por falsos paladines de la libertad de expresión y del debate público, que sólo buscan “lavarse la cara” y apoyar a su candidato presidencial.