Continúa el juicio histórico contra el ex militar salvadoreño, Inocente Montano, por la masacre de la UCA, ocurrida en 1989. Montano está siendo procesado únicamente por los 5 sacerdotes de nacionalidad española. Para Joaquín López, Elba y Celina Ramos, la justicia sigue pendiente.
Por: Krissia Girón
Inocente Orlando Montano, ex viceministro de Seguridad y miembro de llamada “Tandona”, negó su participación en el asesinato de los sacerdotes jesuitas españoles Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno y Amando López, hecho ocurrido el 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Montano es el único militar procesado en España por la masacre.
La justicia tarda, pero llega, afirma un dicho popular y parece que en este caso se está cumpliendo. La Audiencia Nacional de España ha iniciado un juicio por una de las tantas matanzas atribuidas al ejército durante la guerra civil y por la que en El Salvador persiste la impunidad.
“No, militarmente nunca hubo pretensiones de hacer daño a Ellacuría, a la Iglesia o a la misma Universidad (…) no se tenía una conciencia clara de que estuvieran participando con el FMLN política y militarmente». Eso dijo Montano a la Audiencia Nacional de España. Negó que la orden de matar a los jesuitas fuera dada por él.
El ex coronel no quiso responder a las preguntas del Ministerio Público, solamente a las de su defensa.
Montano declaró que nunca estuvo en la reunión en la que -presuntamente se ordenó el asesinato-, y que tampoco trató de encubrir los crímenes. Afirmó que le aconsejó al presidente de turno, Alfredo Cristiani, conducir la investigación con ayuda internacional.
“La reunión previa a la del presidente no estuve yo, porque en esos días estuve enfermo”, sostuvo.
Explicó que el cargo de viceministro de Seguridad Pública lo ejerció al llegar el gobierno de Alfredo Cristiani, en 1989. Desde ahí, su responsabilidad fueron los cuerpos policiales y no el ejército, según declaró.
Cuando a Montano se le preguntó sobre cuál era la situación previa a la masacre de los Jesuitas, afirmó que -tanto los sindicatos como las instituciones universitarias- tenían “tendencias a la izquierda”. “Hacían notar que el gobierno era ilegal, que no se respetaban los derechos humanos y lo atacaban, tanto a funcionarios como a la ciudadanía”, afirmó.
En su relato expresó que tuvieron conocimiento de que el FMLN había ingresado armamento a la UCA, por lo que un grupo de soldados del Batallón Atlacatl, autorizado por el Estado Mayor, realizaron un cateo en la casa de estudios superiores, previo a la masacre.
Afirma que asistió a una reunión el día 15 de noviembre de 1989, junto con el Alto Mando y el presidente Cristiani, para brindar informes sobre lo que sucedía en San Salvador: Desde el día 11, algunas zonas de la capital se encontraban cercadas por la guerrilla, que ejecutaba la ofensiva “Hasta el tope y punto. Febe Elizabeth Velásquez Vive”.
A la pregunta sobre que si tenía “algo en contra de los jesuitas”, dijo que “en lo absoluto”. Habló de cómo el padre Ignacio Ellacuría “era una de las personas allegadas al presidente, le ayudó mucho en la consecución de los Acuerdos de Paz, le dio asesoría al presiente de la República, a tal grado de que le dieron un premio en esos días”.
No obstante, aseguró que Ellacuría asesoraba no solo al presidente, sino también a “la cúpula del FMLN”. Luego se contradijo en su declaración.
“No se tenía una una clara conciencia de que estuvieran participando en el FMLN (padres), a pesar de que hubo fotografías que se obtuvieron de curas jesuitas con guerrilleros”, dijo.
Montano se refería al sacerdote jesuita Jon Sobrino, a quien según dijo tenían fotografiado “entrenando a niños a manejar fusiles AK47”.
“Tenemos fotografías y videos donde aparece él entrenando a niños de 10 o 12 años, enseñándoles a manejar el AK47, el que manejaba el FMLN. Ese armamento había sido conseguido con la ayuda de Fidel Castro y otros gobiernos de corte progresista”, expresó.
Insistió en que no encubrió los asesinatos. “Es más, yo colaboré en el sentido de que le dije al señor presidente de que la investigación se condujera con ayuda internacional. Que pidiéramos a los Estados Unidos gente del FBI y de la CIA, e incluso al gobierno Español, para que siguiera la investigación”, señaló.
“En ningún momento, ni el gobierno ni nosotros que estábamos en el Alto Mando estuvimos de acuerdo con que se haya dado esta situación. Yo siempre pensé que fue el FMLN”, afirmó Montano.
Para sostener su alegato, el excoronel recordó que la Comisión de la Verdad de la ONU -que se formó para esclarecer los crímenes- nunca le citó a declarar, ya que «el delito lo habían cometido soldados y no policías», que eran los que dependían de él orgánicamente.
«Es más, y esto no lo había comentado nunca, después que cese de mis funciones como viceministro me fui a Estados Unidos porque tengo mis hermanas allá, incluso hasta me ofrecieron un trabajo. De todo el Alto Mando de esa época a nadie le dio visa la embajada americana, excepto a mi persona, a mi y a mi familia, de viajar y permanecer ahí”, aseguró el coronel, quien considera que de tener “algún compromiso en ese asesinato”, Estados Unidos le hubiese denegado el permiso.
Montano fue extraditado desde Estados Unidos a España en 2017. Los delitos por los que se le acusa son asesinato y terrorismo. La parte acusatoria en el proceso estará dirigida por el Centro Guernica para la Justicia Internacional.
El proceso en instancias internacionales contra los acusados de la masacre de los jesuitas y de Elba y Celina Ramos inició en 2011, cuando el juez de instrucción de la Audiencia Nacional admitió una demanda interpuesta por familiares y amigos de las víctimas, por lo que ordenó la captura de una veintena de militares.
La solicitud de extradición de militares por este crimen se giró en 2016. Sin embargo, en agosto de ese mismo año, la Corte Plena de la Corte Suprema de Justicia negó la extradición.
En el juicio también fue procesado René Mendoza Valecillos, exmiembro del Batallón Atlacatl. En la audiencia del pasado lunes, sus abogados pidieron la prescripción del proceso en su contra, ya que ha colaborado con el caso.
La Audiencia Nacional aceptó el argumento y convirtió a Mendoza en un testigo clave, que dará su declaración el próximo 7 de julio.
Montano está siendo procesado únicamente por los 5 sacerdotes de nacionalidad española que fueron víctimas de la masacre. Para Joaquín López, Elba y Celina Ramos, la justicia sigue pendiente.
En El Salvador, sigue en el tintero el proceso judicial contra los autores intelectuales y materiales de la masacre en la UCA. En marzo del 2019, La Cámara Tercera de lo Penal confirmó la reapertura del proceso judicial e investigación de los acusados.