//Urge recuperar la PNC

Urge recuperar la PNC

La semana pasada circuló en redes sociales un video en el cual una mujer angustiada denunciaba que agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) se negaban a capturar a un agresor sexual por el hecho de ser miembro del gobernante partido Nuevas Ideas.

El hecho no fue desmentido por el director de la PNC ni por el presidente Nayib Bukele o su ministro de Seguridad Pública. Y, de ser cierta, la denuncia es una confirmación de la peligrosa instrumentalización del cuerpo policial cuya función es servir a la población, no a gobiernos o partidos.

En redes sociales y medios de comunicación también se difunde con frecuencia información sobre supuestos contubernios entre policías y miembros de pandillas, con las que la administración Bukele mantiene oscuros acuerdos que han sido revelados por investigaciones periodísticas.

Desde la llegada de Nayib Bukele a presidir el gobierno, la PNC mantiene un sometimiento absurdo, ilegal y vergonzoso a los designios del Ejecutivo que no tiene precedentes en los gobiernos anteriores.

Ciertamente la Policía es parte del Ejecutivo y recibe órdenes del ministro de Seguridad y del presidente de la república, pero en la lógica de hacer cumplir la ley y servir a la población, no para proteger o garantizar intereses partidarios del gobierno de turno.

Antes del 1o de mayo de este año cuando la Asamblea aún estaba controlada por la oposición, la PNC se negaba a llevar por apremio a funcionarios gubernamentales que desobedecían citatorios de comisiones legislativas y el 11 de noviembre de 2020 bloqueó diligencias de la Fiscalía cuando investigaba casos de corrupción en el Ministerio de Salud.

La PNC surgió con los Acuerdos de Paz para servir a la población, no a partidos políticos ni al gobierno de turno. Sin embargo, actualmente actúa como cuerpo de agentes gubernamentales en función de los intereses del presidente Bukele y su partido.

Frente a tan deplorable deterioro de la PNC y antes de que ésta se desnaturalice por completo, la ciudadanía debe pronunciarse por el profesionalismo y el respeto al mandato constitucional de la institución policial.

Ojalá que también los buenos agentes policiales se revelen contra la referida instrumentalización política y exijan cambiar el rumbo equivocado dado por las actuales autoridades. Los y los policías saben que se deben a la población, y no a intereses de gobiernos o partidos.