El anuncio se dio este miércoles, a través de un boletín de prensa, donde el Papa Francisco autorizó la declaración del martirio del sacerdote, asesinado hace 40 años en San Juan Nonualco, La Paz.
Por: Krissia Girón
El Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación de los decretos relativos a la causa de tres nuevos Santos y cinco Beatos, entre los cuales se encuentra el padre Cosme Spessotto, asesinado el 14 de junio de 1980, en el municipio de San Juan Nonualco, departamento de La Paz.
Según la declaración, Spessotto fue asesinado por “odio a la fe”, una premisa que el Vaticano también colocó a San Oscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980, 3 meses antes que el Padre Cosme.
Ante el anuncio, en San Juan Nonualco sonaron las campanas de la parroquia para celebrar el reconocimiento del martirio de Cosme Spessotto. Como esta, se han generado diferentes reacciones.
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El Arzobispo de San Salvador, José Luís Escobar Alas, dijo el Papa Francisco “ha hecho, haciendo brillar la virtud de este sacerdote. Un santo, no solo porque murió de esa manera, sino por su sacerdorcio».
“Muere por odio a la fe, como Monseñor Romero, como el Padre Rutilio Grande. Se ha seguido su proceso y ya se autoriza su beatificación. Es una gran noticia.”, afirmó el jerarca católico.
Por su parte, Monseñor Elías Bolaños, de la Diócesis de Zacatecoluca, expresó que es una decisión importante, ya que consideran al fraile como un “ejemplo gracias a su martirio”.
“Días antes de su muerte había escrito que temía morir de forma violenta. Y decía ‘aunque no soy digno de morir de esa manera, desde ya perdono a aquellos que van a provocar mi vida’. Él percibe que, por las acciones que había hecho de denunciar a las fuerzas del orden de ese momento por la matanza de 4 catequistas de su parroquia, pueden vengarse en cualquier momento”, relató.
Bolaños explica que esta denuncia fue el detonante para que Spessotto recibiera amenazas de muerte, las cuales se concretarían días después, el 14 de junio de 1980.
“Esa denuncia la hizo directamente a la persona, porque vino al cuartel y habló con el jefe, haciéndole ver que no debía matar a los catequistas. Este fue el detonante. Prevé su martirio y no huye, a pesar de que lo habían cambiado de parroquia y tampoco se fue del país, como le habían recomendado”, dijo Monseñor.
El sacerdote asegura que en la diócesis, sobre todo en la parroquia de San Juan Nonualco, el aprecio que le tienen es inmenso. “Hay una memoria profunda de Cosme Spessotto”.
El fraile italiano nació en Mansué de Treviso, Italia, un 28 de enero de 1923, en el seno de una familia campesina. Hijo de Vitorio Spessotto y Josefina Zamuner.
Llegó a San Juan Nonualco, en 1953. La revista Carta a las Iglesias del mes de julio del año 2000, describe que “a su iglesia llegaba el dolor, la denuncia, la información y el miedo, y en su trabajo pastoral en la ciudad y en el campo se encontraba con el fuego inclemente de la represión sangrienta y la rosa fragante de la resistencia tenaz. El pastor se decidió, desde el púlpito, pedir justicia a los bandos enfrentados. Pero exigía respeto y reclamaba libertad para los prisioneros”.
La carta relata que en marzo de 1980 llegó a su iglesia una amenaza de muerte, por lo que Cosme hizo un testamento donde expresó: «Personas fanáticas me van a asesinar, de antemano los perdono». «Morir mártir es una gracia que no merezco, espero seguir ayudándolos desde el cielo».
El 14 de junio de 1980, Fray Cosme oraba de rodillas frente al altar, cuando fue asesinado.
En febrero, el Papa Francisco también reconoció el martirio del padre Rutilio Grande y de las dos personas que fueron asesinadas con él -Manuel Solórzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 15- un 13 de marzo de 1977, en el municipio de Aguilares, en San Salvador.
