Por Red Informativa de ARPAS/Foto: Cortesía-Referencia
La pandemia de COVID-19 trajo consigo la imposición de una serie de medidas en los países de todo el mundo, entre estas el cierre de las escuelas que desencadenó en nuevas formas de enseñanza, sobre todo en modalidad virtual.
Esta situación provocó en las niñas, niños y adolescentes que de la noche a la mañana tuvieran un cambio en sus rutinas diarias, lo que según estudios recientes afectó su salud mental.
Según declaraciones de Katty Tobar, Asesora de Salud de la Fundación Educo, para el programa «Cuidemos nuestra salud mental y emocional» que se transmite en la Red Informativa de ARPAS, explicó que una de las principales causas que provocan afectaciones en la salud de la niñez y adolescencia es la falta de socialización, dado que la escuela es uno de los espacios en los que se realiza este proceso.
“Toda la parte de la socialización está afectada porque nos damos cuenta que se les ha roto totalmente un marco, un entorno de protección, pues el centro escolar es su segundo hogar, donde se se socializa mucho, comparte, se va a aprender diferentes tipos de contenido, pero también la parte de las relaciones humanas», detalló la experta.
Según Tobar, otro aspecto que impactó la salud mental de la niñez y adolescencia fue la falta de acceso a las herramientas para asistir a las clases virtuales. «Las desigualdades entre grupos que tienen más oportunidades de diferente tipo, ya sea tecnológico o padres que puedan leer y escribir, un contexto de protección mucho más fortalecido a otros que no lo tiene, genera este tipo de inestabilidad y que, si darnos cuenta, estamos vulnerando a esta niñez», agregó.
Para Rosa Virginia Sánchez, especialista en educación de la Fundación Educo, a pesar de estas afectaciones en la salud mental de la niñez y adolescencia, el trabajo realizado en América Latina indica que se hizo un gran esfuerzo para atender educativamente a la población, y nuestro país no fue la excepción. Por ello, considera que se debe seguir en esa línea sin olvidar que es el Estado el que debe garantizar el derecho a la educación.
“Hay que seguir trabajando, hay que seguir poniendo todo de nuestra parte, todos de forma muy corresponsables, saber lo que podemos dar, en qué podemos apoyar y sumarnos a los esfuerzos que podamos, para sacar adelante, porque lo peor que pude hacer un país es no educar a su población”, expresó Sánchez.
La educación como derecho no debe detenerse, las niñas y niños tienen que gozar de ese derecho en un entorno que les permita mejorar su salud física y mental según las especialistas de la Fundación Educo.