Temas como los retos de ONU, y sus Estados miembros, en materia de seguridad, migración, cambio climático y medio ambiente, así como la responsabilidad de los países industrializados en el aumento del calentamiento global y de los gobiernos, fueron algunos de los grandes ausentes en el discurso del mandatario salvadoreño.
Por: Norma Ramírez
Tomándose una «selfie» y haciendo una comparación entre el impacto de los discursos de los presidente del mundo y el que provocan videos de la plataforma digital YouTube, inició su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el presidente de la El Salvador, Nayib Bukele.
Durante su disertación, el mandatario salvadoreño se centró en explicar el alcance e impactos de las redes sociales virtuales y las nuevas tecnologías, en lo que denominó “revolución comunicacional”, que según él es «democrática».
Bukele, además, habló sobre la participación de la juventud en la resolución de los problemas del mundo. “Promovamos un premio para aquellos que logren con sus propuestas darnos la llave para resolver los grandes problemas que enfrentan, que enfrentamos”, dijo el mandatario.
A diferencia de sus homólogos de otras naciones, Bukele solo tardó 15 minutos en su disertación, en uno de los espacios de diálogo más importantes del mundo.
Temas como los retos de ONU, y sus Estados miembros, en materia de seguridad, migración, cambio climático y medio ambiente, así como la responsabilidad de los países industrializados en el aumento del calentamiento global y de los gobiernos, fueron algunos de los grandes ausentes en el discurso del mandatario salvadoreño.
Previo a su participación ante la Asamblea General, Bukele sostuvo encuentros con el Secretario de ONU, Antonio Guterres, con quien -según explicó a los medios que lo acompañan en Estados Unidos – habló sobre el acompañamiento del organismo a la CICIES. Y con el presidente norteamericano, Donald Trump.
Algunos diputados y diputada de la Asamblea Legislativa han coincidido en que el presidente de la República, Nayib Bukele, desaprovechó su participación ante la ONU al limitar en su discurso el tema tecnológico.
