La celebración tiene como propósito llamar la atención de los países, sus Estados y sociedades, sobre la importancia de proteger el agua dulce y de la gestión sustentable del recurso hídrico, a través de marcos normativos y políticas públicas.
Este llamado es especialmente urgente para El Salvador, país que -a pesar del alarmante deterioro de los recursos hídricos – todavía no cuenta con una ley de agua. Esto debido a la irresponsabilidad extrema de la Asamblea Legislativa, específicamente de los grupos parlamentarios de derecha que defienden los intereses privatizadores de la gran empresa.
A lo anterior se suma la amenaza de la explotación minera, industria que sería el acabose de los recursos hídricos y del medioambiente en el país. Aquí también la derecha legislativa, sobre todo el oligárquico partido ARENA, se opone a la aprobación de una ley que prohíba definitivamente la minería metálica.
Así, sin ley que la proteja y con la minería amenazando terminarla o contaminarla, el agua estará triste y agonizante en su Día. Y seguirá así mientras los diputados no aprueben las dos normativas impostergables o la población no les obligue a hacerlo.
El presidente de la Asamblea, Guillermo Gallegos, prometió aprobar la ley antiminera antes de la Semana Santa. Gallegos dijo la semana pasada – ante el Arzobispo José Luis Escobar Alas y la multitud que lo acompañaba – que dos semanas eran suficientes para analizar y aprobar la propuesta de ley presentada por la Iglesia Católica, la UCA y organizaciones ambientalistas.
Por tanto, es oportuno que todos los sectores del país se movilicen y presionen a la Asamblea, especialmente a los diputados de ARENA y PCN que se muestran ambiguos y contradictorios frente a la prohibición definitiva de la minería.
ARENA y PCN dicen que “no toda minería es mala”. Este discurso coincide con la propaganda falaz de Pacific Rim/Oceana Gold, la transnacional minera que pretende engañar con su “minería responsable”, propaganda que varios medios apátridas y antipaís han publicado en forma inescrupulosa: como Judas, vendiendo al país por unos dolarcitos.
Así que en el marco de la celebración del Día Mundial del Agua, el país entero debe exigir a la Asamblea la aprobación de las leyes de agua y de prohibición definitiva de la minería metálica. Sin esto, la conmemoración será vacía, inútil e hipócrita.