Esta semana un Tribunal Especializado de Sentencia de San Salvador absolvió por falta de pruebas a los acusados del llamado “Caso Tregua”, procesados por el cometimiento de delitos durante la tregua entre pandillas sucedido en 2012, durante el gobierno del ex presidente Mauricio Funes.
El sonado proceso judicial planteaba, desde el inicio, una serie de interrogantes. Por ejemplo: si la tregua, propiamente, constituyó un delito, ¿por qué la Fiscalía no procesó a los autores intelectuales, sino únicamente a los materiales?; y, de los autores materiales, ¿por qué se acusó a unos y a otros no? O ¿es que en realidad no se trataba de perseguir delitos y sancionar a los responsables, sino de montar un show mediático con propósitos políticos?
En cualquier caso, el fallido proceso penal contra algunos involucrados en la tregua deja, al menos, dos lecciones preocupantes para el país.
La primera es la evidencia de las falencias y “mala práxis” fiscal en la judicialización de casos. En vez de sustentar los casos con pruebas presentadas adecuadamente, el Fiscal Douglas Meléndez (también así hacía el ex fiscal Luis Martínez) prefiere montar shows mediáticos. La apuesta sería no ganar en los tribunales, sino en la opinión pública: “Caso Tregua”, “Caso Funes” y otros.
El Fiscal monta los casos en la televisión y las redes digitales, y no en los juzgados. Esta es una lección lamentable.
Y la otra lección – consecuente con la anterior – es la práctica de la derecha mediática (TCS, LPG, EDH y medios digitales que conciente o inconcientemente se suman) de colocar en la agenda pública temas “caballitos de batalla” para distraer a la opinión pública de problemas relevantes.
¿Cuántas páginas de periódicos o espacios en televisión gastados en el “Caso Tregua” pudieron ser para debatir en clave propositiva sobre la crisis fiscal, el agua, la reforma de pensiones, prevención de la violencia y otros temas que urgen de soluciones?
Estas dos lecciones, por tanto, deberían provocar una profunda reflexión sobre el desempeño de la Fiscalía y el rol de los medios de comunicación.
Llevando los casos a los medios y no a los tribunales, el Fiscal propicia la impunidad: ahora los posibles delitos cometidos durante el proceso de la tregua quedarán impunes, al menos los que vinculan a los que fueron procesados; y, prestándose a esta reprobable estrategia, muchos medios también se convierten en cómplices de la impunidad.