El político de extrema de derecha, descendiente del general Tomás Calderón (ejecutor material del genocidio indígena – campesino de 1932), profundizó el modelo neoliberal iniciado por su antecesor Alfredo Cristiani.
Calderón Sol implementó el más voraz programa de privatizaciones de empresas y servicios públicos: electricidad, telecomunicaciones y…pensiones! Sí, él es principal responsable del verdadero “robo del siglo” que generó deudas millonarias al Estado, pensiones de hambre a la mayoría de jubilados, futuro incierto para los actuales cotizantes y… ganancias exorbitantes para las AFPs!
A esto se suman los casos de corrupción cometidos en su gobierno, como en las demás administraciones areneras. A pesar de esto, Calderón Sol aparecía en determinadas coyunturas como un “honorable” ex mandatario opinando sobre temas de país o en procesos internos del partido oligárquico.
El gobierno de Calderón Sol es responsable por omisión de la violencia pandilleril, pues en esa época este problema todavía no era tan grave; pero no se hizo nada para contenerlo y revertirlo. Después llegó Francisco Flores con sus planes “mano dura” (y Antonio Saca con los “súper mano dura”), que terminaron fortaleciendo a las pandillas.
Calderón Sol también quedó consignado en la historia como flagrante violador de la libertad de expresión. Por presiones de ASDER (Asociación Salvadoreña de Radiodifusores), la extinta Administración Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL) cerró una veintena de emisoras comunitarias en diciembre de 1995.
Y para “legalizar” semejante atropello contra la democracia deliberativa, un año después – por petición del Ejecutivo – la Asamblea aprobó una Ley de Telecomunicaciones que excluyó a los medios comunitarios y perpetuó las frecuencias radioeléctricas en manos de unos pocos grupos mediáticos afines a las élites oligárquicas.
Así que el balance de la gestión de Calderón Sol es – desde las aspiraciones populares y derechos de la gente – muy negativo: privatizaciones y demás medidas de ajuste neoliberal generadoras de pobreza, violencia y migración.
Desde la perspectiva oligárquica, el legado del ex gobernante arenero es – desde luego – totalmente positivo. Por eso los elogios y honores con que lo despide ahora la derecha empresarial, partidaria, mediática y oenegera del país.