“La oposición tiene derecho a auditar, ser vigilante y establecer mecanismos de control para el buen uso de los fondos públicos; pero no tiene derecho a bloquear, sobre todo cuando los fondos son necesarios para programas sociales o resolver problemas que afectan a la población, como la violencia y la inseguridad”, declaró Monseñor José Luis Escobar Alas, el pasado fin de semana, en su habitual conferencia de prensa.
Al jerarca católico le parece que “el gobierno hace el esfuerzo”, pero “faltan fondos y el apoyo (de la oposición)”.
Monseñor Escobar Alas se refiere a la perversa estrategia de asfixia financiera de la derecha oligárquica contra el gobierno, que consiste en bloquear sistemáticamente los ingresos públicos mediante la no aprobación del presupuesto, reformas tributarias, préstamos, bonos, reorientación de fondos, etc.
Y cuando el Ejecutivo logra la aprobación de algún financiamiento, la Sala de lo Constitucional lo revierte. Los magistrados Belarmino Jaime, Rodolfo González, Florentín Meléndez y Sidney Blanco también participan en esta maquiavélica conspiración que – en la práctica – no es contra la izquierda gobernante, sino contra la población y contra el país. También ellos aportan su grano de ARENA.
Dicha estrategia de asfixia financiera se complementa con la evasión tributaria de los grandes empresarios, que alcanza la escandalosa cifra de 1,500 millones de dólares según la UCA, 1,800 millones según Oxfam y 2,000 millones según cálculos del Ministerio de Hacienda.
Así que, ojalá, los diputados de ARENA, los magistrados de la Sala y los empresarios evasores atiendan el llamado del Arzobispo capitalino. También deberían escucharlo los demás personeros de la derecha gremial, mediática y oenegera que avalan el bloque contra las finanzas estatales.
Ojalá que sucediera un milagro y la derecha oligárquica colaborara en la solución de los problemas del país, aprobando los fondos necesarios para atender las necesidades de la gente y resolver los problemas del país.