Según los voceros de dichas entidades, el país necesita “magistrados independientes”, como los actuales. Los futuros miembros de la Sala – dicen – deben continuar el trabajo de Belarmino Jaime, Rodolfo González, Florentín Meléndez y Sidney Blanco, quienes han sido “independientes de los partidos políticos”.
Estos personeros de la derecha oenegera mienten, porque la actual Sala actúa dependiente de la derecha oligárquica y con marcado sesgo contra la izquierda gobernante. Incluso, uno de sus miembros (Belarmino Jaime) ha tenido vínculos políticos y laborales con el partido ARENA.
Por un lado, Sala ha emitido diversas sentencias sobre temas económicos, sobre todo en materia tributaria, que benefician a las élites empresariales y mediáticas representadas en ARENA; y por otro, ha resuelto otras que afectan al gobierno y al FMLN, convirtiéndose en pieza clave de la estrategia de desestabilización contra el Ejecutivo.
¿Cómo pueden, entonces, DTJ y compañía decir que los actuales magistrados son independientes de los partidos, si claramente se inclinan con ARENA?
Lo que se esconde detrás del discursito de estas ONGs neoliberales es la perversa estrategia que busca elegir a nuevos magistrados garantes de los intereses oligárquicos, es decir, dependientes de ARENA y de las élites empresariales.
Lo anterior debe alertar a las organizaciones progresistas y democráticas, en el sentido de procurar el nombramiento de magistrados realmente independientes: independientes de los partidos, de las élites empresariales y de cualquier otro poder fáctico que condicione o influya en su trabajo.
El país no necesita magistrados abusivos, irresponsables y violadores de la Constitución (como los señores Jaime, González, Meléndez y Blanco); sino otros, que sean decentes, honestos, capaces y realmente independientes. Se requiere una Sala que aplique correctamente los principios constitucionales y que respete los derechos humanos, la institucionalidad, el estado de derecho y la democracia.