Ayer, el candidato presidencial arenero Carlos Calleja expresó en sus redes sociales que “el agua es un derecho” y que “su administración corresponde únicamente al Estado”; y en la Comisión de Medioambiente y Cambio Climático de la Asamblea Legislativa los diputados de ARENA, GANA, PCN y PDC aprobaron un compromiso de “no privatizar el agua”.
Esta maniobra es engañosa: busca hacer creer que la derecha abandona su tenebrosa intención de privatizar el agua y así desmontar las crecientes protestas de los diversos sectores sociales, sindicales, religiosos y académicos del país. Esto tiene el claro propósito de evitar un costo político-electoral en las elecciones de febrero del 2019.
Obligadas por el rechazo popular a la privatización del agua, ARENA y la ANEP deciden una tregua, para retomar hasta después de los comicios presidenciales su nefasto plan de convertir el vital líquido en un negocio de industriales, azucareros y demás mercaderes del recurso hídrico.
Por eso, ojo, pueblo salvadoreño: lo actuado por Calleja y los diputados areneros (con sus secuaces del PCN, PDC y GANA) es sólo una estrategia dilatoria que debe ser denunciada, y la lucha contra la privatización del agua no debe parar.
Esta misma estrategia mantiene ARENA y compañía frente a la prohibición de la minería. Hace algunas semanas, sus diputados mandaron al archivo todos los expedientes sobre minería metálica y declararon que ése es un “tema cerrado”.
Esta maniobra tiene como propósitos que las organizaciones defensoras de la ley prohibitiva de la minería bajen la guardia, y blindar al candidato Calleja ante la denuncia de su cercanía con magnates mineros como el canadiense Frank Giustra. Se trata de otra tregua o estrategia dilatoria, porque ARENA intentará revertir la prohibición minera después de las elecciones.
Por eso, hoy más que nunca, las organizaciones revolucionarias, progresistas y democráticas deben denunciar con más fuerza los solapados propósitos areneros de privatizar el agua y de reactivar la minería, sobre todo si regresan al Ejecutivo.