Para el Movimiento de Asociaciones de Mujeres de Chalatenango, el caso de Yesenia es el de muchas mujeres que salen a trabajar por necesidad y también por solidaridad. Para ellas, el #QuedateEnCasa no aplica de la misma forma.
Por: Krissia Girón/Foto: Cortesía
Yesenia Menjívar trabajaba cuidando niños en la zona urbana del municipio de Nueva Trinidad, departamento de Chalatenango. Llegadas las 4:00 P.M. del 31 de marzo, salió del trabajo rumbo a su hogar en el cantón Carasque de dicho municipio. Nunca volvió a casa.
Su madre imaginó que, debido a la situación de emergencia que vive el país por la pandemia del COVID-19, Yesenia había decidido quedarse a dormir en el trabajo. Al día siguiente, el 1 de abril busca interponer la denuncia ante la Policía Rural. Los agentes le dicen que debe esperar 24 horas de desaparecida para poder recibirla.
Horas más tarde y luego de la negativa, la familia y la PNC emprenden la búsqueda. Su cuerpo fue encontrado con señales de violencia sexual, eran las 3 de la tarde.
A esa hora, una tormenta acechaba la escena del crimen. A la espera de Medicina Legal, la familia de Yesenia decide cubrir con profundo respeto su cuerpo, para que la lluvia no se llevara las evidencias de su crimen y este no quede impune, como el de miles de feminicidios en el país.
Medicina Legal realizó el procedimiento hasta las 6:30 P.M.
“La violencia contra las mujeres se vuelve silenciosa pero constante”, así lo afirman organizaciones feministas que condenaron este hecho y piden a las autoridades esclarecerlo de forma oportuna.
Para el Movimiento de Asociaciones de Mujeres de Chalatenango, el caso de Yesenia es el de muchas mujeres que salen a trabajar por necesidad y también por solidaridad. Para ellas, el #QuedateEnCasa no aplica de la misma forma.
“En medio de la pandemia, las cuidadoras de niñas, niños, personas enfermas y adultas mayores siguen trabajando, así como enfermeras y trabajadoras del hogar. Pero las calles, que siempre son inseguras para nosotras ahora lo son más, porque menos gente transita y quienes lo hacen son, en su mayoría, hombres”, expresaron en su comunicado.
Ellas exigieron al presidente de la República, Nayib Bukele, ordene la inmediata y efectiva investigación del caso. “La pandemia no justifica que el asesinato no sea investigado con urgencia”, señalaron.
“Si no se atiende como corresponde, este sería un mensaje claro de que existe un espacio de mayor impunidad para la violencia contra las mujeres y nuestras vidas, las de todas las mujeres correrían más riesgos.”
También exigieron al sistema de justicia a no ser cómplice de la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes, y aplicar efectivamente la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres.
Mismas demandas expresaron organizaciones como la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA). Para ellas, el feminicidio de Yesenia solo muestra la punta del iceberg de la violencia que enfrentan las mujeres. Afirman que durante la cuarentena las expresiones aumentan ya que ellas se mantienen en un entorno donde su pareja o agresor puede controlarles, y donde se enfrentan a mayores obstáculos para denunciar.
“Las mujeres, en esta emergencia, tienen miedo de salir y ser detenidas por cuerpos uniformados, piensan que los servicios están cerrados, que su situación no será relevante por la emergencia y toleran al agresor”, dijo Silvia Juárez, de ORMUSA.
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), el país tiene una tasa de 6.8 feminicidios por cada 100 mil habitantes.