Alcalde de Nahuilingo declaró en una entrevista que busca un préstamo para un proyecto que pretende vender agua a través de una empresa privada.
Red Informativa Arpas/Cortesía
Líderes ambientales del municipio de Nahulingo, en el departamento de Sonsonate, están alarmados por las declaraciones del alcalde, Miguel Mejía, sobre su intención de buscar un préstamo para ejecutar un proyecto que pretende vender el agua del municipio a través de una empresa privada.
“El recurso de nosotros es el agua y ese sueño no se me quita todavía, de poder ser actores, de poder crear una empresa del agua, entonces poder competir con las demás empresas, poder exportar nuestra agua, poder vender nuestra agua y ayudar económicamente un poco más a la población, a la alcaldía”, expresó en el programa “opinando se construye”, un campo pagado en radio Sensunat.
Para Juan José Pérez, líder comunal de Nahulingo, estas declaraciones son preocupantes ya que hay mucha población que todavía carece de este recurso hídrico. “Creo que en nuestro municipio, la población, el sueño es tener agua potable, principalmente las comunidades que hasta la fecha no la tienen”, expresó y cuestiona cuál será el verdadero objetivo al vender el agua de las comunidades.
Por su parte Salvador Recinos, técnico territorial de la Unidad Ecológica salvadoreña (UNES) para el departamento de Sonsonate y miembro del movimiento por la defensa de Tacuzcalco, las declaraciones de Mejía denotan desprecio al patrimonio natural y cultural.
También considera que con esas declaraciones le da la espalda a los intereses de las comunidades más vulnerables del municipio e hizo un llamado a la población de Nahuilingo a que proteja las fuentes naturales. “En un país como El Salvador y en un municipio como Nahuilingo no podemos darnos el lujo de permitir que esta gente que quiere hacer negocios con nuestros derechos humanos o hagan”, dijo Recinos.
En ocasiones anteriores, el edil fue señalado de recibir dinero para otorgar permisos para la construcción de Acropoli Sonsonate, un proyecto residencial señalada de dañar el sitio sagrado Tacuzcalco y contaminar las aguas del río Ceniza.