El modelo económico neoliberal, que provoca desigualdad social, es el principal causante de la migración, aseguraron representantes de la Concertación Regional para la Gestión de Riesgos (CRGR).
Por Norma Ramírez/Foto: Referencia – Radio Progreso
Esta organización regional considera preocupante que Estados Unidos establezca a las naciones del triángulo norte como “tercer país seguro”. “La sociedad civil desconoce cuál es el compromiso que el país ha asumidos en este acuerdo”, dijo Rubén Quintanilla.
Además, agregó que “la vulnerabilidad social que vive la gente es la que está obligando a seguir intentando llegar a Estados Unidos buscando el sueño americano, que para muchas personas se transforma en la ‘pesadilla’ americana”.
Magdalena Cortéz, secretaria ejecutiva de la CRGR señaló que “les preocupa que los compromisos asumidos puedan exacerbar la situación de pobreza y vulnerabilidad en la región”.
Guido Calderón, de la Convergencia Ciudadana para la Gestión de Riesgos de Guatemala (COCIGER) señaló que es necesario hacer visible que la inseguridad alimentaria también es una de las causas que provocan la migración.
“Mientras las organizaciones sociales, cooperación internacional y organismos humanitarios se enfocan en atender crisis humanitarias provocadas por fenómenos ‘antrópicos’ (monocultivo, deforestación), los gobiernos siguen impulsando un modelo extractivista”, cuestiona la CRGR.
Guido Calderón, de la Convergencia Ciudadana para la Gestión de Riesgos (COCIGER), cuestionó el reciente acuerdo establecido entre los presidentes de Guatemala y El Salvador, Alejandro Giammatei y Nayib Bukele, respectivamente. Referidos vuelos abiertos, frontera abierta para personas y mercancías, así como salida al Atlántico.
“Desaparecer fronteras es una estrategias para incrementar los flujos de trabajo por razones económica, no por razones sociales. Hablamos de ferrocarril, viajes por avión, traslado de mercancías, que benefician a las oligarquías empresariales que tenemos en nuestros países”, señaló.
Las y los integrantes de la CRGR considera que sí es posible disminuir los flujos migratorios, siempre y cuando se reduzca el deterioro de la seguridad alimentaria, inseguridad, falta de empleo, entre otros.