Para el director de la Casa del Migrante, Mauro Verzeletti, las políticas migratorias de la región van en disposición a controlar los flujos migratorios y no a la atención de las causas estructurales de la migración, tampoco están en función de atender las violaciones a sus derechos humanos o brindarles protección en situaciones de emergencia, como la actual pandemia de COVID-19.
Por: Krissia Girón/ Foto: Referencia- Emisoras Unidas
La situación de las y los migrantes centroamericanos ha sido, en los últimos años, una constante de violaciones a sus derechos humanos. Los Estados de la región han optado por cerrar fronteras, levantar muros y dictar otras restricciones en vías de contener los flujos migratorios, en lugar de erradicar las causas estructurales de la migración.
Así lo expresó Mauro Verzeletti, misionero de San Carlos Escalabrinianos y representante de la Casa del Migrante, en la entrevista de Voces en Contacto, de la Red Informativa de ARPAS. Asegura que la causa principal de la movilidad humana es “el sistema de mercado neoliberal que hoy está destruyendo la dignidad y los derechos humanos de las y los migrantes”.
“Los migrantes sí tienen importancia mientras envían remesas familiares. Son llamados ‘héroes’ cuando envían 6 millones de dólares a El Salvador, 10 millones a Guatemala, y así en toda Centroamérica. Pero a partir del momento en que no están produciendo, son un producto desechable y es lo que está ocurriendo en esta pandemia, donde los gobiernos no los están tratando como un ser humano sino como un producto desechable porque no produce capital”, dijo.
El misionero lamentó que desde los gobiernos no exista una política de atención hacia las y los migrantes que están en las fronteras y que requieren de respuestas humanitarias en el contexto del COVID-19.
“Muchos están infectados y muchos están muriendo. Otro tema muy importante son los migrantes que están en centros de detenciones en Estados Unidos, que están gritando a voz fuerte, pidiendo socorro. Están muriendo porque no existe ninguna atención médica, están siendo maltratados por el ICE, por la migración norteamericana y realmente es una violación de los derechos humanos de los migrantes y solicitantes de protección internacional”, expresó.
Ante las deportaciones de Estados Unidos hacia los países de la región, en el marco de la pandemia, Verzeletti dijo que estas personas son retornadas sin ningún procedimiento o acompañamiento sanitario y sin pruebas de COVID-19, lo cual pone en riesgo a sus familias y las comunidades a las que regresan.
“Es una situación dramática, es una tragedia internacional en este contexto, porque realmente es fácil cerrar todas las fronteras. Pido a los gobiernos de Centroamérica, de México y Estados Unidos, que pongan dinero en las fronteras, que pongan para políticas de desarrollo económico, políticas de salud, de educación. Porque solo con eso podremos salir de la pobreza para evitar las grandes caravanas y los grandes flujos migratorios”, advirtió.
Para Mauro, los migrantes que están detenidos en la ruta migratoria se enfrentan a una grave situación de salud, porque no existe una estructura por parte de los Estados para acompañar a las personas.
Otra de las acciones desde los gobiernos que podría dar pie a soluciones frente a la migración es que el tema se considere en la formulación y aprobación de planes transnacionales y políticas públicas de los Estados. “En el marco de planes como Plan Puebla Panamá o Alianza para la Prosperidad no están pensados en beneficiar a migrantes sino en detener los flujos migratorios”, dijo
En paralelo, considera urgente generar acciones encaminadas a erradicar el estigma frente a las y los migrantes que retornan a su país.
“Debemos generar una conciencia ciudadana de que los migrantes que regresan no son delincuentes ni van a amenazar la soberanía del país. La soberanía la va a poner en amenaza las políticas restrictivas del gobierno, la pone en amenaza el gobierno porque no sabe trabajar con la población sino que genera un caos mayor. El estado debería generar políticas para cada migrante para que pueda quedarse en casa y pueda recuperarse”, expresó.
Meses atrás, un informe publicado por la organización internacional Human Rigth Watch, reveló que las decisiones del gobierno norteamericano sobre las deportaciones exponen la vida de migrantes salvadoreños, ya que al negar permisos de asilo a quienes buscar escapar de violencia ha provocado muertes, desapariciones y abusos.
“En vez de disuadir y deportar a las personas, EE. UU. debería enfocarse en recibir con dignidad a quienes cruzan su frontera”, señalaron,
El informe denominado “Las políticas de Estados Unidos sobre deportación exponen a salvadoreños a muerte y abusos” registró que, entre 2014 y 2018, “EE.UU. y México han deportado a cerca de 213 000 salvadoreños (102 000 desde México y 111 000 desde Estados Unidos)”.
Verzeletti concluye en que dar, para dar un giro a la situación de las y los migrantes, “debemos cambiar esta era del capitalismo salvaje y neoliberal, para que sea un sistema en el cual la solidaridad sea el camino para la construcción de una nueva sociedad, de otro mundo posible”.