El feminicidio de la agente policial Carla Ayala, la periodista Karla Turcios, la joven Katherine Cárcamo y demás mujeres asesinadas por hombres (la mayoría por sus propios maridos), no deben quedar impunes. Fiscalía, Policía y Sistema Judicial deben actuar con rapidez, eficiencia y contundencia.
Los feminicidios tienen como causa estructural el dominio del patriarcado y la visión machista de casi todos los hombres, y la impunidad imperante en la mayoría de estos casos.
El caso de Karla Turcios se resolvió por la presión del gremio periodístico, por el de Carla Ayala hay detenidos pero su cadáver sigue desaparecido y en el de Katherine Cárcamo ayer fue detenido el presunto asesino. Para mencionar sólo los tres casos más sonados mediáticamente en las últimas semanas.
Por eso es necesario presionar para que estos y los otros 143 casos no queden impunes.
Pero también es urgente impulsar campañas de sensibilización orientadas a cambiar los comportamientos machistas de los hombres, y a que las mujeres identifiquen anticipadamente el perfil de los potenciales feminicidas. Ésta es tarea del Estado y de la sociedad civil: ONGs, academia, iglesias, gremios y medios de comunicación.
Los medios deben eliminar de su programación todo tipo de contenidos que naturalizan expresiones machistas, sexistas, misógenos. Fiscalía y Sistema Judicial deben aplicar implacablemente la Ley para una Vida Libre de Violencia hacia las Mujeres y demás normativas que prohíben la violencia simbólica contra las mujeres.
También es necesario que la sociedad tome mayor conciencia sobre los derechos de las mujeres. En tal sentido, debe retomarse la propuesta de despenalización del aborto cuando esté en riesgo la vida de la madre, cuando el embarazo resulte de una violación sexual y cuando sea inviable la vida del feto.
La Asamblea Legislativa debe reconocer el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, y esto implica la posibilidad de interrumpir el embarazo en las situaciones mencionadas. Sin embargo, la derecha parlamentaria se los niega.
Así que es momento de decir ¡Alto a los feminicidios! y ¡Sí a los derechos de las mujeres!