Lo que el partido oligárquico ha hecho es, precisamente, lo contrario: sabotear el financiamiento para educación, salud y prevención de la violencia. Se ha negado a aprobar préstamos, reformas tributarias, reorientación de fondos y hasta donaciones de países amigos o agencias de cooperación.
Es la práctica demagógica y sin escrúpulos de los dirigentes y candidatos areneros: ofrecer cosas que no hacen y que nunca harán, y no decir las que realmente van a hacer.
En tal sentido, es necesario alertar al electorado sobre – al menos – tres cosas que ARENA va a hacer si gana mayoría legislativa el próximo 4 de marzo.
La primera es continuar con su perversa estrategia de asfixia financiera contra el Ejecutivo. Es decir, ARENA no va a aprobar fondos para programas sociales, reactivación productiva y otras medidas que beneficien a la gente y generen réditos políticos a la izquierda gobernante.
La segunda es seguir bloqueando propuestas de leyes urgentes promovidas por organizaciones sociales: ley de agua, de soberanía alimentaria, de despenalización del aborto, de prohibición de agrotóxicos, etc. Bloqueará cualquier medida para combatir la evasión y elusión tributaria, e impedirán la reforma fiscal progresiva “donde paguen más quienes tienen más”. ARENA y sus acólitos (GANA, PCN y PDC) podría, incluso, derogar la ley que prohíbe la minería metálica.
Y la tercera es elegir a magistrados de Sala Constitucional y Fiscal General afines a los intereses oligárquicos. ARENA buscará mantener en ambas instancias a funcionarios que sean serviles a sus intereses, como son los actuales magistrados Belarmino Jaime, Rodolfo González, Florentín Meléndez y Sidney Blanco, y el Fiscal Douglas Meléndez.
Por eso la ciudadanía democrática, decente y trabajadora debe evitar que ARENA obtenga igual y mayor número de diputados/as. El país necesita una nueva correlación parlamentaria que responda los intereses de la mayoría de la población.
Ojalá que así sea