En el acto de concreción del pacto con el partido de centro-izquierda, la candidata efemelenista Jackeline Rivera también anunció la inminente alianza con el democristiano Movimiento “Duarte Vive”. A esto se suma la coalición con el centrista Partido Salvadoreño Progresista (PSP), que se distanció del actual alcalde Nayib Bukele.
La estrategia de alianzas efemelenista para ganar la comuna capitalina es acertada. Así el partido de izquierda podría evitar el triunfo de ARENA, que hizo cuentas alegres tras la separación del FMLN con Bukele.
La alianza partidaria debe complementarse con acuerdos con organizaciones y sectores progresistas, democráticos y decentes del país. Rivera debe aliarse con todas las iglesias, la academia, profesionales y empresarios que quieran avanzar, construir y no volver al pasado.
La izquierda también debe implementar una estratega similar para la elección de diputados, orientada obtener mayor representación parlamentaria y superar el boicot financiero contra el Ejecutivo que la derecha hace desde la Asamblea Legislativa. El FMLN necesita correlación para viabilizar los proyectos gubernamentales.
El partido de izquierda debe convencer a la población que necesita más diputados para financiar los programas sociales, aprobar la Ley de Agua, impulsar una reforma fiscal progresiva, realizar una verdadera reforma previsional, aprobar fondos para la prevención de la violencia, etc.
Si no lo hace, ARENA podría obtener mayoría para seguir bloqueando al gobierno y hasta lograr mayoría calificada para nombrar nuevos magistrados de la Sala Constitucional serviles a los intereses oligárquicos y reelegir al actual Fiscal General. Así, el principal partido opositor tendría servida la elección presidencial del 2019.
Ojalá, pues, que el FMLN, haga lo necesario para garantizar el triunfo de Jackeline Rivera en la Alcaldía de San Salvador y obtener correlación parlamentaria para superar el nocivo, mezquino y cobarde boicot arenero.
Que así sea.