Entrevistado en el programa televisivo “Focos”, el político y ex diplomático de centroizquierda afirmó que por tal motivo el enviado especial de la ONU, Benito Andión, suspendió sus gestiones, “aunque todavía se mantiene una delegación que trabaja con instancias de la sociedad civil”.
Aunque Zamora no lo mencionó por su nombre, el partido en cuestión es – obviamente – el oligárquico ARENA, mismo que mantiene una estrategia de boicot contra el gobierno y desde la llegada de Andión mostró su negativa a concertar por nuevos acuerdos de país.
Lo actuado por el partido de derecha no sólo confirma su actitud irresponsable y mezquina de rechazar el diálogo nacional para resolver graves problemas como la crisis fiscal, la violencia y el deterioro ambiental que sus mismos gobiernos generaron; sino que también representa una afrenta al mundo y a la comunidad internacional.
¿No es ARENA la que pedía una comisión internacional como la CICIG de Guatemala? El rechazo a la mediación de ONU para lograr acuerdos de país confirma que la propuesta de una “CICIES” – pregonada por el partido oligárquico y sus acólitos gremiales, mediáticos y oenegeros – era hipócrita y demagógica.
La derecha oligárquica se muestra como es: apátrida e irrespetuosa de la institucionalidad internacional. Su propósito no es ayudar a resolver los problemas que afectan a la gente, sino garantizar los intereses de las élites empresariales que representa. Su perspectiva electorera rechaza nuevos acuerdos nacionales porque eso beneficiaría a la izquierda gobernante.
ARENA debería proscribirse por ser un partido anti – país o – al menos – ser derrotado contundentemente en próximas elecciones. Por ello todas las organizaciones revolucionarias, movimientos progresistas, sectores democráticos y toda la población honrada deben levantar con fuerza la bandera del “ARENA nunca más”.
Hay tantas razones para declarar “non grato” al partido oligárquico: por haber asesinado a Monseñor Romero (y no admitirlo ni pedir perdón); por usar dineros ilegales en campañas electorales (10 millones de donados por Taiwán); por mantener un comportamiento sedicioso (afectar el funcionamiento del Estado impidiendo la obtención de ingresos públicos)…
Negarse al diálogo nacional y rechazar la mediación de la ONU, debería ser la gota que derrame el vaso de la indignación popular contra el instrumento político de la oligarquía.