La referida reunión sucedió en julio del año pasado en un local del oligárquico Grupo Poma. En la sospechosa cita participaron los mencionados cuatro magistrados de la Sala Constitucional y los propietarios de los principales medios de comunicación de la derecha: Telecorporación Salvadoreña (TCS), El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica.
La reunión era secreta, pero fue rapidamente descubierta por medios que no participaban de dicho encuentro. Al ser “emboscados” por los periodistas, uno de los magistrados (Florentín Meléndez) declaró cínicamente: “quienes conducimos el país tenemos que reunirnos a dialogar”.
Para indagar sobre los motivos de la reunión, un ciudadano solicitó a la oficina de información de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) información sobre la convocatoria y los participantes. Y, ante la negativa de la Corte, el demandante recurrió al IAIP.
El Instituto programó una audiencia la semana pasada, pero los susodichos magistrados alegaron dificultades de agenda para no asistir; por tanto, la audiencia se reprogramó para este día. Sin embargo, ésta ya no se realizará porque la resolución de ayer anula el proceso en el IAIP.
Con este cuestionado fallo, los magistrados de la Sala Constitucional y de toda la CSJ se blindan frente a las demandas ciudadanas de información, del control social y del cumplimiento de la ley al que están obligados todos los funcionarios públicos, incluidos los magistrados. El precedente judicial no puede ser más nefasto para el derecho de acceso a la información, la transparencia, la rendición de cuentas y la anticorrupción.
Lo efectuado ayer por los magistrados suplentes de la Sala – presuntamente por órdenes de Jaime, González, Meleńdez y Blanco, extrañamente respaldados por los demás magistrados de la Corte Plena – es una oda a la opacidad, es un elogio al oscurantismo y es un ¡Viva la intransparencia!
¡Viva la intransparencia!, magistrados suplentes Carlos Avilés, Sonia Barillas, Celina Escolán, Martín Rogel y Eliseo Ortiz. ¡Viva la intransparencia!, magistrados Belarmino Jaime, Rodolfo González, Florentín Meléndez y Sidney Blanco. ¡Viva la instransparencia!, demás magistrados y magistradas de la Corte Plena.
Ojalá que lo sucedido ayer provocara la más grande movilización de la ciudadanía democrática en favor de la transparencia y la rendición de cuentas en la instancia más opaca e instransparente del Estado salvadoreño: la Corte Suprema de Justicia.