Francisco se preguntó si, “en medio de esta tercera guerra mundial a pedacitos que estamos viviendo, no vamos camino a una gran guerra mundial por el agua”. Refiriéndose a “cifras desgarradoras “ de las Naciones Unidas, el Papa lamentó que “cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua” y que “millones de personas consumen agua contaminada”.
“El derecho al agua potable es básico y constituye una de las cuestiones nodales en el mundo actual”, reiteró el Sumo Pontífice. Agregó que “el acceso al agua es condición para ejercer los demás derechos humanos” y, por tanto, consideró “imprescindible la acción de los Estados como garantes del acceso universal al agua segura y de calidad”.
El Salvador es uno de esos Estados que señala el Papa Francisco: la Asamblea Legislativa, por negativa de la derecha parlamentaria que representa los intereses mercantilistas de la gran empresa privada, no aprueba la Ley General de Agua. Los diputados tampoco ratifican la reforma constitucional que reconoce como derechos humanos el agua y la alimentación.
Otra normativa que la Asamblea aún no aprueba es la que prohibe la minería metálica, presentada por la Iglesia Católica y la UCA. A pesar del generalizado rechazo social de los proyectos mineros y de su inviabilidad económica, social y ambiental, los diputados siguen postergando el aval a tan necesaria ley.
El pasado fin de semana, los pobladores del municipio de Cinquera, en Cabañas, se pronunciaron contundentemente contra la nociva industria extractiva. El 98% de la población rechazó la explotación minera, en una consulta popular realizada por organizaciones de la Mesa frente a la Minería Metálica y respaldada por la Secretaría de Participación, Transparencia y Anticorrupción.
Ojalá, pues, que la Asamblea, especialmente la derecha parlamentaria, escuche el llamado del Papa Francisco y apruebe la Ley de Agua. De igual manera, que los cristianos diputados escuchen al Arzobispo Escobar Alas y avalen sin más retrasos la ley prohibitiva de la minería de metales.
Que así sea.