Esta semana una nueva caravana de personas migrantes partió con rumbo a Estados Unidos. La tarde del martes, la Gran Terminal Metropolitana de Buses de San Pedro Sula fue el primer escenario que vio a cientos de hondureños y hondureñas partir de su tierra en busca de mejores condiciones de vida para sus familias.
Por Norma Ramírez/Foto: Radio Progreso
En el camino, personas de otras nacionalidades se han sumado: guatemaltecas y salvadoreñas, todas con la misma intención, llegar a Estados Unidos.
El viernes la caravana había llegado a la frontera de Guatemala y México. Ahí según datos del gobierno se contabilizaban alrededor de 3,500 migrantes. Aunque encuentran organizaciones de acogida como la Casa del Migrante, las condiciones migratorias han cambiado, sobre todo en México.
“Son miles de personas que están saliendo de Honduras y han cruzado a Guatemala. Están recibiendo todos los servicios, pero nos dicen que más gente está en camino”, dijo el Padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante de la ciudad de Guatemala.
El recién juramentado presidente de Guatemala, Alejandro Giammatei aseguró que el gobierno de México “detendrá a los inmigrantes para impedir que lleguen a los Estados Unidos”.
Ante esto, Mauro Verzeletti exhortó a los gobiernos a respetar el CA-4. Este es un convenio centroamericano de libre movilidad firmado en 2006, que establece que las personas de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua pueden desplazarse por estos países solamente con su documento de identidad.
Tras las masivas caravanas de migrantes que iniciaron a finales de 2018, el gobierno mexicano fue presionado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a recrudecer sus medidas antimigrantes. El gobierno norteamericano amenazó con aumentar aranceles a exportaciones mexicanas.
En los países centroamericanos, Trump ha promovidos los llamados “acuerdos de países seguros”, que implica que naciones como Honduras, Guatemala y El Salvador han dicho sí a recibir a migrantes solicitantes de asilo en Estados Unidos, lo que es contradictorio para organizaciones que trabajan en pro de los derechos de las personas migrantes.
“El drama humano no resuelve con un plumazo”, afirmó el Padre Mauro Verzeletti de la Red Scalabrini, quien calificó las políticas promovidas por el gobierno nortamericano como inhumanas.
El Grupo Articulador Regional del Plan de Acción Brasil (GARPAB), denunció que en la frontera de Corinto en Honduras, parte de la caravana fue reprimida, con lo que se violenta el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los artículos 5 y 22 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos e ignoran las conclusiones y recomendaciones de la Declaración de Cartagena sobre Refugiados y lo estipulado en el Plan de Acción Brasil.
El fenómeno de migración centroamericana de forma masiva, conocido como “caravanas”, inició a finales de 2018 cuando miles de personas partieron de los países del triángulo norte de C.A. con rumbo a Estados Unidos, en búsqueda de mejores condiciones de vida.
Para organizaciones que trabajan por los derechos de migrantes, este fenómeno no es nuevo pues, a diario, cientos de personas cruzan las frontera para buscar el llamado “sueño americano”.