Por: Red Informativa de ARPAS/Foto: Casa Presidencial
Este 1o. de junio Nayib Bukele cumplió dos años al frente del Ejecutivo. En este texto se refieren cinco acontecimientos o situaciones que marcaron los últimos doce meses de gestión presidencial.
1. El manejo de la pandemia del COVID-19.
El abordaje de la emergencia sanitaria destaca por el acierto de las medidas de control inicial, las fallas posteriores en la aplicación de controles sanitarios, los tristemente célebres centros de contención (o de contagio), la desprotección del personal de salud, los retrasos en la construcción del Hospital El Salvador (el mejor de Latinoamérica según la propaganda gubernamental) la entrega masiva de paquetes alimentarios, la confrontación con la Asamblea y Sala Constitucional, la falta de transparencia en el uso de fondos públicos y el uso propagandístico-electoral.
El 17 de febrero de este año inició oficialmente el proceso de vacunación, el cual -a pesar de algunas fallas logísticas- se ha desarrollado bastante bien. En esto ha sido fundamental el apoyo de China, pues la mayor parte de las vacunas adquiridas son Coronavac, fabricada por la empresa Sinovac. Según datos del Ministerio de Salud, hasta ahora dos millones de personas han recibido al menos la primera dosis.
2. Las denuncias de corrupción.
El gobierno aprovechó la pandemia para poner también en cuarentena la información sobre el uso de fondos públicos y utilizó el mecanismo del Fondo de Protección y Mitigación de Desastres (FOPROMID) para saltarse los procedimientos de la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP). Investigaciones periodísticas empezaron luego a revelar compras irregulares y otras anomalías.
El 7 de abril de este año, en el marco de la visita del delegado del gobierno de Estados Unidos para el triángulo norte centroamericano Ricardo Zúniga, la Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) informó que presentó 12 casos de posible corrupción ante Fiscalía y dio asistencia en otros 25 casos de mal uso de fondos públicos varias carteras del Ejecutivo, especialmente en el MINSAL y MAG.
Estos y otros casos ya no serán investigados porque la mayoría parlamentaria oficialista nombró a un fiscal bukelista y éste ya cerró el convenio con CICIES; y porque -además- la “bancada cian” aprobó la “Ley Alabí” que pone un manto de impunidad sobre la corrupción cometida desde que inició la pandemia. Vale recordar que Bukele hizo campaña con un discurso anticorrupción y ganó la presidencia exigiendo que “los mismos de siempre devolvieran lo robado”.
3. El excesivo endeudamiento público.
Entre los mensajes electorales de Bukele también está la austera frase “el dinero alcanza cuando nadie roba”. Ya como presidente Bukele presionó a la anterior legislatura para que aprobara cerca de 3,000 millones de dólares en préstamos, a los que se suman los más de 3,300 millones aprobados por la nueva gestión parlamentaria en sus primeros 25 días. A estos podría agregarse un mega préstamo de entre $1,300 y $2,000 millones que el gobierno negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), la deuda pública estaba arriba del 92% del PIB a inicios de este año. Con los nuevos préstamos avalados por la Asamblea de Bukele, ésta ronda el 100% del PIB.
4. La confrontación con Estados Unidos y el viraje hacia China.
Con la llegada del demócrata Joseph Biden a la Casa Blanca, se terminó la buena relación de Bukele con Donald Trump. Las críticas de congresistas como Norma Torres, Albio Sires y James McGobern, fueron asumidas también por funcionarios gubernamentales, incluida la vicepresidenta Kamala Harris. Estados Unidos le exige a Bukele respetar la democracia y transparentar su gestión pública. El punto más candente hasta ahora ha sido la suspensión del financiamiento de USAID a la Policía, Fiscalía, Corte Suprema de Justicia y otras instancias estatales.
La semana pasada la congresista Torres denunció que presuntos seguidores de Bukele han amenazado de muerte a ella y a su familia.
Para compensar los desplantes políticos, la pérdida de cooperación y posibles bloqueos estadounidenses en el FMI, Bukele se ha volcado hacia China. La potencia asiática le ofrece inversiones y podría adquirir parte de la insostenible deuda del país. Esto, a pesar de que en marzo de 2019, como presidente electo, Bukele despreció y descalificó a China durante un discurso en la ultraconservadora Fundación Heritage, para congraciarse con la extrema derecha estadounidense seguidora de Trump.
5. Los resultados electorales del “28F” y las actuaciones de la nueva Asamblea el “1°M”
El 1o de mayo, en su primera sesión plenaria, la nueva gestión parlamentaria concedió a Bukele su deseo de hacerse con el control de los tres poderes del Estado. En forma fulminante, los diputados y diputadas del presidente destituyeron a los magistrados de la Sala Constitucional y al Fiscal General, colocando en su lugar a funcionarios afines al mandatario.
Como consecuencia de esto, el sistema democrático del país perdió “los pesos y contrapesos”: ahora ya no hay Sala que revierta leyes inconstitucionales aprobadas por la Asamblea ni Fiscalía que investigue los casos de corrupción del Ejecutivo, para indicar sólo dos situaciones concretas donde es necesaria la independencia de poderes.